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Caminaron por la calle, de vuelta al punto de reunión asignado cuando Zim advirtió que las naves ya habrían terminado su trabajo y vuelto para esa hora. Gir acompañaba a ambos chicos corriendo y dando gritos histéricos por re-descubrir el mundo exterior del que ya se había olvidado. Los tres estaban más felices de lo que creían que siquiera era posible estar, y mientras sus pasos se acercaban con delicadeza y ánimos al punto de reunión, la sonrisa en el rostro de Zim decayó abruptamente.

Allí, sus Más Altos estaban cuestionando la misión asignada a los invasores... y si ellos confesaban, de seguro que Zim sería destituido de su puesto. El ex-invasor corrió con apresuro hacia sus líderes, empujando en el camino hacia allá a los pequeños invasores que se cruzaban en su camino; Red observó incesantemente al Irken cuando se detuvo frente a el para tratar de excusarse, dirigiéndole una mirada de superioridad impensada por cualquiera que observara la escena. No bastó con ninguna excusa ridícula, ni siquiera con una bien estructurada para que Red y Purple reprimieran la risa que quería salir de sus bocas, y en cuanto esas carcajadas resonaron con fuerza en toda la calle, Zim supo que no se avecinaba nada bueno.

¿Ibas a salvar a los humanos? - Pregunto Purple, aún carcajeándose con ánimo mientras trataba de articular las palabras; Red, a su vez, continuó la oración sin que Zim pudiera protestar.

De verdad, planeamos venir aquí y abandonarte... ¡Pero nunca pensamos que tendríamos un motivo coherente para hacerlo! - Las carcajadas volvieron a resonar cada vez más fuerte, pero las finas antenas de Zim perdieron todo rastro del sonido al escuchar esas palabras; ¿Planeaban abandonarlo nuevamente? ¿Dejarlo sólo en un planeta al borde de la destrucción...? Pero, ¿Por qué?

Sentía que se derrumbaba por dentro, y aún tratando de sostenerse con el orgullo y la firmeza de siempre, preguntó estúpidamente la razón de su cargo... ¿Por qué nombrarlo más alto si luego lo abandonarían? Red y Purple dejaron de reír, sólo para volver al aburrimiento común, y restandole importancia al tema, contestaron al destrozado Zim.

Te nombramos más altos para burlarnos de ti, pero a pesar de todas las pruebas nunca moriste... así que ahora te abandonamos. Quedas vetado de Irk para siempre y, am... cierto; devuelve ese traje - Purple recordó abruptamente el hecho de que Zim usaba un traje y debía devolverlo, y sin temor de revelar el secreto a todos los presentes, chasqueo los dedos para que una (muy bien escondida) compuerta en el pecho del traje de Zim se abriera y lo dejara caer al piso de golpe. El nuevamente pequeño y desolado Irken miró con lástima a sus líderes, sin poder levantarse aún del piso por el repentino shock de tales hechos abruptos.

Red hizo una seña a todos los pequeños invasores presentes, que subieron a sus naves y partieron camino nuevamente a Irk. Entre la horda, uno de los pequeños se acercó corriendo con dificultad hacia Zim, que continuaba en el piso sin moverse ni un ápice.

Por si estabas preocupado; si, todos los portales están en donde nos dijiste... si necesitas um... ayuda, puedes ir a buscarme Zim - El pequeño invasor Skoodge murmuró con timidez y tristeza en el rostro, extendiendo la mano para levantar a su amigo y conocido de tanto tiempo. Zim se levantó sin ayuda, sin palabras, y sin siquiera dirigirle la mirada a Skoodge... se sentía vacío ahora; el invasor a su lado corrió cabizbajo de vuelta a su nave, mientras que el ahora desterrado Zim caminó suavemente hacia Dib, quién observaba a la distancia.

El humano observó compadecido al pequeño Irken, que después de unos pasos suaves e inseguros, se hecho a correr hacia los brazos de Dib. El de cabello azabache se arrodilló en el piso, extendiendo los brazos y acogiendo al lastimado Zim entre ellos; el pequeño invasor estaba más triste de lo que había estado jamás, y Dib detestaba eso más que cualquier otra cosa. Tomó sus hombros, lo miró a los ojos, y decidido, comenzó a hablar.

disturbia   -   ⌠zadr⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora