El amor no siempre funcióna como nosotros queremos. Lo que nunca debería acabar, muchas
veces termina teniendo un final trágico.
Lilianne Denali había experimentado eso. Había decidido cerrarle las puertas al amor y
continuar su existencia viviend...
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Sorprendida lo soltó y retrocedió, Garrett se llevó una mano al cuello y se acomodó el cuello del saco negro que llevaba puesto. Lilianne lo observo con la boca abierta y aun sin poder emitir palabra, definitivamente lo último que esperaba era encontrarse con su creador.
- ¿Qué pasa?, cariño - se burló el acercándose a ella y acariciando un mechón de su pelo rubio - parece que hubieras visto un fantasma -
Lily junto los labios de golpe y corrió la mirada, había olvidado lo molesto que llegaba a ser a veces. Suspiro profundamente y lo rodeo para seguir su camino, las calles ya estaban desiertas y en silencio. Mucho mejor para ella.
- Oye, espera - Garrett se volvió y camino a su lado sin dejar de mirarla en ningún momento - ¿así es como tratas a tus viejos amigos? - pregunto entre indignado y sorprendido. No la recordaba así.
- Hola, Garrett. Me alegro de verte, ya te puedes ir - le respondió con voz aguda y mirándolo sin dejar de caminar - ¿te parece bien así? -
- Hey - la tomo del brazo con evidente preocupación - ¿Qué paso? -
Lily lo observo incrédula, no podía creer su actitud. Llevaban décadas separados, ¿y le sorprendía un cambio en ella?, ¿Qué rayos estaba mal con él?
- Lily... - paso su dedo pulgar por su labio inferior y seco el rastro de sangre humana que había en el - creí que llevabas una dieta vegetariana -
- Si, lo hacía. Pero como todo... eso se acabó - se separó de golpe y continúo su camino.
Garrett se quedó atrás aun contemplando la mancha de sangre en su dedo sin poder creerlo. Él la había convertido en lo que era ahora, si, pero ella solía ser una chica positiva y alegre. La imagen que mostraba ahora era de una mujer desinteresada, casi sin emociones. Eso lo asustaba, sabía en lo que podía llegar a convertirse una mujer herida y si bien no conocía la situación, no pensaba dejarla sola. No otra vez.
Reacciono y corrió a alcanzarla justo cuando ella abría la puerta de un departamento, Lily se volvió a él rendida, estaba claro que no iba a dejarla así sin más. Se corrió y le ofreció pasar a lo que el obviamente acepto. El lugar no era muy grande, las paredes eran grises y tenía muebles en blanco y negro que combinaban perfectamente con los pequeños detalles que le daban armonía al lugar. Todo estaba perfectamente ordenado.
- Supe por Rosalie que estabas en una relación con Edward Cullen - empezó a hablar mientras ella se quitaba la camisa ajustada que llevaba, debajo solo traía un top negro pero no se molestó en cubrirse.
- ¿Y no supiste que se casó? - respondió con ironía dejándose caer en uno de los sillones, la falda corta que traía se subió de golpe dejando ver más de lo necesario - ¿o esa parte no te la contaron? -
- Cariño... ¿Qué paso? - evitando mirar más de lo debido se sentó frente a ella.
Lily rio y se paró de golpe caminando hacia su habitación, no quería tener esa conversación.
- Si quieres quedarte tengo una habitación de mas - dijo a punto de encerrarse en su cuarto - solo no seas muy molesto -
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