cinco

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Después de la noche en el club, Seok regresó a casa con una mezcla de agotamiento y alivio. Aunque no estaba acostumbrado a este tipo de ambientes, la tarea de vigilar a Sun Hee y asegurarse de que estuviera a salvo había resultado más demandante de lo que había previsto. A pesar de sus diferencias y de que la actitud despreocupada de Sun Hee no era precisamente su favorita, había sentido la responsabilidad de cuidarla durante la noche.

Al entrar en su apartamento, dejó caer su chaqueta en una silla y se desprendió de la corbata. Había optado por vestir de manera más casual para la ocasión, lo que lo hacía sentir un poco fuera de lugar en su propio hogar. Se dirigió directamente a la cocina, llenando un vaso con agua fría y bebiéndolo de un solo trago. La noche había sido calurosa y el agitado ambiente del club solo había aumentado la sensación de sofoco.

Seok se recostó en el sofá, cerrando los ojos por un momento. Aunque su mente estaba fatigada por la larga noche y las emociones encontradas, no podía evitar repasar los momentos en el club. Observó cómo Sun Hee se dejaba llevar por la música y las bromas de Nadine, y aunque en parte lo irritaba, también le sorprendía verla en un ambiente tan distinto al que solían compartir en la oficina.

A pesar de sus roces y desacuerdos, Seok no podía negar que había algo en Sun Hee que lo intrigaba. Era una combinación de su carácter en situaciones difíciles y esa actitud enérgica que parecía contradecir su imagen seria. Sabía que había más en ella de lo que dejaba ver y eso lo mantenía interesado, incluso si no estaba dispuesto a admitirlo abiertamente.

Después de un rato, Seok se puso de pie y decidió tomar una ducha para relajarse antes de acostarse. Mientras el agua caliente caía sobre su cuerpo, dejó que sus pensamientos se desvanecieran temporalmente, concentrándose solo en la sensación reconfortante del agua y en liberar la tensión acumulada en sus músculos.

Al salir de la ducha, Seok se puso ropa cómoda y se acostó en su cama. La imagen de Sun Hee disfrutando de la noche en el club seguía apareciendo en su mente. Aunque estaba seguro de que su relación con ella seguiría siendo conflictiva, no podía negar que había momentos en los que algo dentro de él se cuestionaba si había más por descubrir detrás de su fachada. Con esos pensamientos en mente, Seok finalmente cerró los ojos y se permitió descansar, sin saber que el día siguiente lo esperaba con ansias.




(...)




El suave resplandor del sol que se filtraba por las cortinas era suficiente para sacarlo del sueño. Se estiró con cierta pereza antes de finalmente salir de la cama. Con movimientos fluidos y precisos, comenzó a seguir su rutina matutina.

Se dirigió al baño y se lavó la cara, sintiendo el agua fresca que despertaba su piel. Mientras se miraba en el espejo, evaluó su apariencia. Su cabello oscuro y algo despeinado, su rostro cuidadosamente afeitado y sus ojos de expresión seria reflejaban la imagen de un hombre que estaba acostumbrado a cuidar de los detalles.

Después de la ducha, Seok eligió un traje oscuro y elegante. La corbata que seleccionó fue una de sus favoritas, con un patrón sutil pero llamativo. Se aseguró de que cada prenda estuviera impecablemente planchada y ajustada antes de dejarlos en la cama. La imagen profesional que proyectaba era parte esencial de su trabajo y lo tomaba muy en serio.

Mientras Seok se encontraba vistiendo su camisa en su apartamento, el teléfono en su mesita de noche comenzó a vibrar y a emitir un tono insistente. Suspirando con una pizca de frustración por la interrupción en su rutina, se acercó rápidamente y levantó el teléfono.

Where's she? «KSJ; BTS»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora