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Una mañana nublada había llegado a la lujosa ciudad de Gangnam donde las personas más adineradas salían a trabajar otro día más, sin embargo, esa mañana fue un caos, muchos vecinos habían llamado a la policía debido a que admitían haber tenido miedo debido a un intruso en la zona del parque residencial.

Un par de autos de policía fueron desplegados en la zona a plena luz de la mañana y un alboroto por parte de los vecinos en la parte baja del edificio obligó a Seok a bajar con cautela, estaba a punto de ir al trabajo cuando un grupo de señoras adineradas lo interceptaron y le bloquearon el paso.

—Joven Seok, lo estuvimos buscando porque necesitamos que vaya con los policías a echar un vistazo al ladrón y nos diga que ocurrirá con él...—palabras llenas de temor y desesperación salían de la boca de esa señora.

—¿Un ladrón? Gracias por avisarme, veré que puedo hacer. —Seok muy confundido se abrió paso entre la gente para llegar a la par de unos policías.

Algunos policías intentaron hacer que retrocediera, pero no contaban que se presentará como investigador.

—Señor, usted podría estar en riesgo si el ladrón está armado, por favor. —no muy conforme con la respuesta, chasqueó la lengua molesto.

—Necesito entrar, no me quedaré de brazos cruzados. Quítate. —con su fuerza logró desestabilizar al joven policía en apuros, así fue como entró al pequeño callejón donde se almacenaban los residuos en grandes contenedores.

—Soy el investigador Seok Jin, necesito que salga de inmediato, no hay forma de escapar... —repitió mientras se acercaba a un contenedor que estaba ligeramente abierto, delatando que lo miraban desde ahí.

Unos sollozos delataron al ladrón, Seok no dudó en abrir de golpe el contenedor provocando un grito desgarrador.

—Déjenme ir, por favor, no robé n-nada... —para su sorpresa, una joven sentada entre la basura frotaba sus manos en señal del perdón.

—¿Cómo...? —sus palabras se quedaron atoradas en su garganta, no tenía fuerza para hablar al ver el descuidado aspecto de la joven. De pronto, sintió un tirón en el abrigo que usaba esa mañana.

Definitivamente no tenía fuerza de voluntad para entregar a la joven y menos en ese estado, parecía no haber comido hace días.

—Señor, se lo ruego. Prometo no volver a esta zona, lo prometo. —imploraba la joven mientras sostenía la esquina de su abrigo.

—Levántate de ahí, vamos.

Una voz autoritaria salió de Seok, odiaba ver la forma en la que se arrodillaba pidiendo compasión a un simple extraño, le quemaba en la garganta como un trago de alcohol.

—¡N-no señor! ¡No me entregué!

—Guarda silencio, no te voy a entregar. —de forma rápida, ayudo a salir de ahí a la joven.

—Gracias, gracias, prometo pagarle de alguna forma...

Seok, en una maniobra rápida, se quitó el abrigo colocándoselo alrededor del minúsculo cuerpo que temblaba a su lado. No dejaría que nadie la viera en ese estado.

—No es una deuda. —sin más, abrió paso entre todos mientras indicaba a los policías que no era necesario su servicio, él mismo la llevaría a su puesto de investigación. Aunque en el fondo sabía que era una mentira.

Pronto entraron a su auto estacionado a las afueras del edificio y tomaron rumbo lejos de la zona residencial. Se desvió un par de veces para comprar comida rápida en un auto servicio y para que a joven hiciera una llamada a su madre.

Where's she? «KSJ; BTS»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora