Guardé el celular que olvidaría durante la noche, creo que es la primera vez que me escapaba de mi hermano, lo que me parecía super rebelde dado como estaban nuestras vidas. Había corrido unas calles de la mano de quién apenas conocía, que no sabía nada de mí y yo nada de él, sin embargo se sentía como si hubiéramos sido uno hace mucho tiempo, esa sensación de que ya he tenido el placer de conocerlo y que por razones inesperadas nos volvíamos a encontrar. Yoongi me hacía sentir tan cómodo, independientemente de lo que habláramos o hiciéramos, nunca había llegado a vivir esta paz que él proporcionaba.
Cuando tomé su mano para salir a toda velocidad de la vista de Jin, sentí una calidez particular aunque nuestra piel estuviera fría por la temperatura del entorno, lo escuchaba reír detrás de mi.
—¿Viste la cara de tu hermano? —Yoongi reía a carcajadas mientras leía los textos del celular que acababa de enviar. De pronto se detuvo volviendose serio— ¿Y si se enoja? Jimin no puedes hacer eso, ellos sabrán como arreglar sus cosas porque... —posé mis labios sobre su pequeña nariz enrojecida por el frío— ¿Y eso?.
—A veces hablas mucho, Yoonnie.
Volví a dejar otro besito sobre su nariz y esta vez rió agudamente, extraño para mi ya que siempre escuchaba su voz ronca.
—Además no creo que nos hubiesen dejado en paz, habrían hecho lo que sea por no estar solos y ahora tendrán el tiempo de conocerse mejor.
—Sí nos hubieran dejado solos. No creo que Seokjin le tuviera tanto miedo a Namjoon, por algo me dio su número en caso de que nos fuéramos. Por cierto... —la vista de Yoongi cayó a sus manos y su ceño se frunció apenas— ¿Le dijiste a tu hermano sobre... lo que me pasó?
—No le dije a nadie ¿Por qué?.
—Es que Seokjin dijo que... no importa, confío en ti. —subió su vista a mi luego de decir aquello— ¿Estás bien? ¿Tienes frío? No me gusta esto de que empieces a temblar.
—Estoy bien.
Ignorando lo que dije se acercó a mi rodeandome con sus brazos y haciendo fricción en mi hombro y espalda para calentar mi abrigo. Mi corazón latía a un ritmo que no debería, me preguntaba si era taquicardia o solo el cuerpo del pelinegro tan cerca de mi. Min Yoongi podía causar todo tipo de cambios en mi cuerpo, cambios que siendo estudiante de medicina me alarmarian si no conociera la razón de estos. Pero conocía la razón.
Me estaba enamorando.
—¿Vamos a caminar al parque? —lo invité porque sentía que este abrazo se estaba extendiendo mucho tiempo— siempre quise hacer eso de noche.
La ciudad no dormía hoy en un lunes por la noche, caminamos por el parque, aunque ambos veníamos cubiertos con nuestros abrigos, el viento y la baja temperatura del invierno comenzaba a hacer estragos, estaba bien siempre y cuando él estuviera a mi lado. Yoongi pateaba una piedrita bastante concentrado, en silencio, así que me tomé el tiempo de mirarlo con más atención. Las facciones de su rostro se notaban más suaves que el resto de los días que pasamos juntos, su cuerpo estaba relajado y algo desganado, sus hombros caían un poco más, sus pasos eran suaves y cortos. Min Yoongi era una persona complicada, con problemas como todos, pero era alguien dulce, sensible, que no había tenido la oportunidad de ser él sin ser juzgado o clasificado dentro de un grupo por cuestiones psicológicas, nadie le había dado la oportunidad de exteriorizar todo lo que sentía. Sabía que su psicóloga, la doctora Kim Yeonji era buena, aunque luego de la muerte de su esposo ha transferido pacientes por cuestiones personales, no dudaba de su capacidad, pero si Yoongi no ha tenido un avance en todos estos años significaba una sola cosa. Esa mujer no estaba haciendo bien su trabajo.
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𝒞𝒶𝒻ℯ 𝒫𝒶𝓇𝒶 𝒟ℴ𝓈 || 𝐘𝐨𝐨𝐧𝐦𝐢𝐧
FanfictionDos personas se encuentran en un hospital, un sujeto extraño y un interno de cirugía. Tanto Jimin como Yoongi ocultan las verdaderas razones del porqué se ven todos los días. ¿Qué pasaría si la verdad es descubierta, si todo lo que creen conocer no...