Dos personas se encuentran en un hospital, un sujeto extraño y un interno de cirugía. Tanto Jimin como Yoongi ocultan las verdaderas razones del porqué se ven todos los días. ¿Qué pasaría si la verdad es descubierta, si todo lo que creen conocer no...
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Namjoon había dedicado las últimas cuarenta y ocho de su vida a molestar a Jimin usando a Yoongi, venganza por todas las veces que este lo hizo sonrojarse en nombre de Seokjin. Jugaban a las cartas los pocos minutos que podía pasar con él y miró diez veces sus análisis, llorando a veces del susto, enojandose, pero finalmente abrazándo a su amigo como nunca en todos estos meses lo hizo.
-¿Hoy vas a ver a tu chico? -decía mientras Jimin intentaba acomodar bien su camisa.
-Que no es mi chico, es un amigo, Kim.
-¡Ay, pero que enojon que eres!. Viste que feo es que te molesten.
-Ya entendí lo que estas haciendo, es venganza y la acepto, pero ya basta que me haces doler la cabeza.
-No olvides tu inhalador, por las dudas, porque te juro Park que si vuelves a la guardia como la última vez...
-Me vas a matar tú mismo de la forma más dolorosa posible y pondrás en mi tumba "él se buscó la muerte". Lo dijiste mil veces estos dos días.
-Que buena memoria, espero que así puedas recordar bien lo del inhalador.
-Tranquilo, Namjoon, estoy armado -le mostró el inhalador en el bolsillo de su bata blanca.
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Eran las nueve y cuarenta de la mañana, llevaba casi dos horas con el mismo café frío, había pedido más tiempo y no habían señales de Yoongi. ¿Quién lo entendía? ¿Desde qué instante le importaba que viniera o no?. Al parecer hace mucho tiempo porque el hecho de que lo haya dejado esperando lo tenía enojado por sobremanera. Sinceramente no podía esperar menos, lo había dejado plantado, había mandado a su amigo a que hablara con él y no lo vio ayer, era obvio que no vendría.
Luego de decidir que era suficiente decidió volver a su trabajo y cuando estaba entrando al edificio vio a una persona corriendo hacia él, creyó que sería algún familiar desesperado para que atendiera a un herido, pero a medida que se iba acercando lo reconoció.
-Perdón... -decía sin aliento- es que...había fila en la cafetería y yo... tuve cosas que hacer.
-Si, a veces hay fila. -caminó por el pasillo pasando por su lado.
