28💎. Secuestro.

922 104 26
                                    

MARATÓN 2/3

—¿Qué pasó? —pregunte mirándo a los dos, el papá de ella tenía los puños cerrados.

—Se-se llevaron a mi hija y las nenas. —soltó la mamá totalmente alterada y temblando.

—¿A dónde se fue? —pregunte tembloroso y con un mal presentimiento.

—Iba a ir con las amigas... Pero me llego una llamada donde se le escuchaba llorar y después una voz distorsionada diciendo que la tenían secuestrada. —soltó la mamá de una manera rápida. Sentí que la respiración no llegaba lo suficiente a mis pulmones.

_____:

Sentí una respiración en mi cuello para después bajar por mis pechos, fruncí el entrecejo y abrí los ojos encontrándome con Ignacio, trate de apartarme pero sentí mis manos atadas.

—Quedate quieta. —soltó y se separó, mire a mi alrededor y me encontré con una habitación que pareciese que estuviera abandonada hace años.

—¿Qué hago acá? —pregunte mirándo a mi a mi alrededor con miedo, sonrió y se acercó con intensión de darme un beso, pero me aparte. —Soltame Ignacio. —pedí con brusquedad, él sonrió y desató mi mano.

Trate de salir pero me agarró y pegó contra la pared.

—Mis hijas Ignacio, ¡¿Dónde están?! —pregunte tratando de separarme pero me agarró de la cara y pegó sus labios sobre los míos llevándome a la cama de esa horrible habitación.

Lo que antes me parecía placentero ahora me parece asqueroso.

—Soltame... —refunfuñe, él agarro mis manos y las llevo lejos de su cara y empezó a darme besos por toda la cara. No sabía que hacer.

—¡Ignacio! —escuche la voz de una chica detrás, él soltó un quejido y me dio un beso mordiendo mi labio, cuando sentí un líquido sabor metálico me di cuenta que lo partió. —Atala. —pidió señalandome, mire bien a la chica, esos rasgos y color de ojos ya lo conocía, espera... ¿Melisa?

—Ahora vengo. —habló Ignacio saliendo del lugar.

—Nos volvemos a encontrar amada ____. —suelta ella sentándose en la cama, me miro con una sonrisa que me heló la piel y un escalofrío paso por toda mi espalda.

—¿Po-por qué haces esto? ¿No podrías dejarnos en paz? —pregunte casi rota, pero no me mostraría vulnerable.

—No tengo porque decirte nada. Desde que entré en ese mugroso lugar, llamada prisión, planee escaparme. —me agarró del pelo totalmente enojada, una pizca de destellos pasaron por sus ojos. Irradiaba enojo, parecía querer matarme. —Ahora, te dejaré con Ignacio, que él haga lo que quiera con vos. Micaela y yo estaremos disfrutando el exterior. Y no te preocupes por tus hijas, ellas están bien. —comentó, la mire mal y quise llorar.

Se fue del lugar y posteriormente arrancó un auto, aprovechando que no me ataron bien me solté, objetivo; tirarme por la ventana y escaparme.

Camine, si una bien encontraría algo afuera para entrar por las nenas, si les hace algo soy capaz de todo. Me tire y justo algo se escucho, algo se rompió y no fue precisamente un hueso, salí corriendo muy rápido hacia la carretera pero sentí un estirón de pelo haciendo que caiga en el piso con un cuerpo encima mío.

—Sos una boluda. —soltó dándome una cachetada. —No pensaba hacer nada, pero, dios te vez muy... —se quedó callado pegando sus labios a mi cuello para empezar a dejar besos húmedos.

—Por favor... Ignacio... —suplique cuando arrancó mi ropa dejándome en corpiño. Pero no hizo caso, poso sus manos en mi cuello sin dejar que respire.

El miedo se apoderó de mi cuerpo, sus ojos eran de sangre, parecía otra persona.

💔💔💔

—¡Camina!—grita, camine lo que pude, pero era inútil, no tenía fuerza. Sollozos tras sollozos salían acompañadas de lágrimas, me agarró del pelo y me hizo correr. —Quedate ahí. —me ordenó una vez adentro, tirandome al piso nuevamente de esa habitación, aseguró que la ventana estuviese bien cerrada y antes de irse me miró—no hagas nada, o ya sabes. —y cerró la puerta para después llavear.

Abrace mis piernas, lloraba en silencio, llegó la noche y para no quedar con este olor horrible me bañe, cuando salí encontré una ropa cualquiera, ni de mi talla era. Junto a una ensalada. No tenía hambre.

—Hijas.... —solloze, tenía miedo de que les pudiera hacer. —Paulo... —y al tenerlos a ellos 3 en mi cabeza llore peor.

Mi único acompañante fue el viento y el frío, extrañaba a mi familia. Me sentía sucia, sentía sus huellas en mi cuerpo al igual que esa asquerosa sensación de sus labios en mi piel. No puede estar pasando esto...



¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
No actualice hace rato porque no está teniendo mucho apoyo... Y eso me bajonea, pero tengo que publicar.
:(

-7

Casada a los 17 • Paulo Londra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora