32💎. Trauma.

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Me senté a su lado agarrando su mano, ya había despertado pero no me habló, es más, estaba llorando y al sentir mi tacto se apartó.

La doctora dijo que tenía traumatismo, puede que le hayan pegado o... Abusado sexualmente de ella, espero que no.

—Amor... —hable, pero no me hizo caso, seco su mejilla con su mano sana y siguió mirando un punto en específico. Despertó hace 3 horas de estos 2 días que estuvimos acá, entraron sus padres, hasta sus amigos, todos pero no dijo ninguna palabra.

Agarre de su mejilla para que me mire, cuando lo hizo me quede mirando cada fracción de su rostro, sus ojos color marrón estos estaban perdidos en una infinidad de cosas y pensamientos, un nudo se formó cuando se zafó de mi agarre y miró para, nuevamente, el otro lado.

—Yo te amo, lo sabes ¿no? —hable después de unos minutos en un inmerso silencio. Pude ver sus ojos brillar y su camisura levantarse un poco, pero algo intervino entre sus pensamientos haciendo que su semblante vuelva a decaer.

Algo le habían hecho.

Estaba por enloquecer.

—Joven, tiene que retirarse. Ya acabo la hora de visitas. —intervinó una doctora, que por su cara, estaba triste. Me levante pero antes le di un beso en la frente a _____.

Tenía ganas de matarlo, pero él ya lo estaba.

Cuando salí no estaba nadie. Los padres, como siempre trabajando. Nuestros amigos o trabajando o con parciales de la universidad.

La policía no tenía noticias de la nena, y eso me estaba por llevar más allá de la locura.

______:

Ignacio, abuso, golpes, niñas llorando.

Escuchaba todo eso en mi cabeza, como si fuera una pesadilla despierta. Escuchaba a mis hijas llorar, mis costillas daban punzadas por los golpes, Ignacio encima mío mientras grito y él me pega. Esta secuencia se repetía una y otra vez en mi cabeza.

Mis mejillas se volvieron a llenar de lágrimas, mire mi mano. Mis hijas, ¡¿Dónde están?!

Solté un grito ahogado, el paciente de al lado se exaltó y llamó a los doctores que rápidamente vinieron a cedarme y así fue como dormí.

Sentí como alguien me samarreaba, trate de zafarme pero esa persona me agarra del pelo tirando de mi al piso. Siento un líquido sabor metálico salir por mi nariz, mis lágrimas salían descontrolados.

—Sos una mierda, y lo sabes—habla ella, quien tenía la cara tapada. Tenía a dos nenas en una cama. —. Tus hijas van a pagarlo, y no por algo, sino porque me da la necesidad. —se me acerca mostrando una pistola.

Se acerca a la nenas y me sonríe con malicia, mientras articula algo con los labios que no logro descifrar.

Me despierto sudada.

Mis palabras no salen, trato de decirle algo a la doctora pero nuevamente los llantos y gritos tapan mis oídos, solo puedo escuchar algunas palabras que dice.


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-3 😨.

Me da pena la rayis:(.

Casada a los 17 • Paulo Londra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora