~Primera Parte~ Capítulo 4

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Gabriel trató de no caer por las escaleras. Renato bajó corriendo por delante de él, Isabella pisándole los talones, y todo el mundo en una carrera desesperada para acabar con esto de una vez. Incluso Bruno estaba interesado, los auriculares estaban apagados, y estaba inclinándose hacia la puerta.

Emilia y Guillermina ya estaban cerca de la entrada, esperando que su padre llegara y abriera la puerta.

Al otro lado estaba Ana, tal como la recordaba, con su cabello castaños y ojos azules. El paso de los años hicieron lo suyo pero fue casi imperceptible. Detrás de ella había una gran maleta y un niño rubio de anteojos con montura metálica firmemente aferrado a su mano.

—Renato. Hola, tanto tiempo

—Hola Ana, entra, por favor —dijo Renato, mientras tomaba el equipaje de ellos y lo encaminaba hacia adentro.

—Gracias. —Ana y Luciano con sus abrigos a juego de color canela y grandes sonrisas dieron un paso a la entrada, y por un segundo todo el mundo solo se congeló en cortés estancamiento—. Me alegro que estén con nostros. —Renato les soltó de nuevo animado—. Es un gusto volver a verlos.

—¿Te acordas de mi hijo Luciano? —La voz de Ana retumbaba, llenando el pequeño espacio.

—Si, hola Luciano, ellos son mis hijos, Bruno, Isabella, Guillermina y Emilia. —Hizo un gesto para cada uno.

Ellos respondieron con un saludo, y se quedaron de nuevo en silencio

—Y él es Gabriel.

—Dejame que te ayude con tus bolsos—dijo Gabriel finalmente, incapaz de permanecer allí durante un segundo más. Caminó unos pasos hacia adelante, y luego alcanzó sus cosas y se congeló de nuevo debido a que las expresión de Ana era de confusión.

—Gabriel es mi pareja. O novio, si eso deja las cosas un poco más claras.

Fue como una explosión sonora. El silencio era tan fuerte que las orejas de Gabriel estaban resonando.

Ana le pasó a Gabriel las bolsas en sus manos, la sonrisa era menos confusa.

—Encantada de conocerte. Y gracias. También les quería agradecer que nos recibieran en su casa.

—No es nada.

Ana tenía la interrogación en su mirada. Y claramente estaba incómoda, entendible porque Renato antes estaba casado con su mejor amiga y ahora estaba con un hombre.

La expresión de Renato era tensa, por lo que Gabriel hizo lo posible por dispararle una sonrisa cariñosa. Funcionó al menos un poco.

—¿Picamos algo antes del almuerzo? —preguntó, seco y elegante al mismo tiempo Gabriel. Renato puso los ojos en blanco. Gabriel se rio.

Emilia se sentó junto a su madrina en una charla animada y cómoda. Renato recordó que cuando Ana estaba en Argentina, veía prácticamente todos los días a su hija mayor. Pensó en la ayuda que hubiera sido si ella estuviera presente cuando Agus se fué.

—Vendrán a almorzar unos amigos también. Camila está en un viaje y vendrá por la noche—dijo Renato, mientras se sentaba en el sillón.

—Ah, ¿Ella sabe que estoy en el país? tenía la intención de que sea sorpresa también para Cami.

—Lamento eso. Accidentalmente se lo comenté— mintió.

—¿Quiénes son los otros invitados?

—Mi compañera y su novio. Celebraremos el cumpleaños de ella. Es mi mejor amiga.

Se establecieron en todos lados de la sala de estar los platos de sándwiches pequeños, bocaditos y pan, y una botellas de vino. Los niños se sentaban más cerca de la comida, agarrando sus gaseosas.

#3 Q&D Quallicchio [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora