~Segunda Parte~ Capítulo 3

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—¿Qué te pones para un fin de semana de bautismo en Uruguay? —se quejó Gabriel desde el interior de su armario—. ¿Qué mierda es informal de playa? Porque estoy bastante seguro de que no significa una remera y short.

—Algo así podría ser. —gritó Renato desde la cama, donde estaba doblando su chomba de verano—. Solo no significa la remera con la que lavas el auto y tus pantalones de gimnasio.

—La puta madre.

Renato ahogó una carcajada. En algún momento Gabriel se daría cuenta de que no había una hada mágica en el armario configurando las cosas que necesitaría para su próximo viaje, y tendría que salir.

Fuera del armario.

Para poder ir de compras.

Casi quería mandar un mensaje a Minerva para compartir su diversión. Pero entonces se imaginó que Minerva estaba pasando por el mismo trauma que Gabriel sobre qué meter en la valija. Nunca había visto a Minerva en ropa que pudiera ser descrita como informal de playa —su idea de la vestimenta para relajarse era muy similar a la de Gabriel. Su vestuario parecía consistir en ropa formal de trabajo y sensual por la noche—

Y aquí estaba Renato: intenso, obsesivo-compulsivo, exigente Renato, completamente equipado y totalmente listo.

¡Ja! Para ambos.

—Tenemos que ir a comprar—dijo Gabriel.

Renato alzó la vista para encontrar a su novio de pie desolado en el extremo de la cama.

—Lo sabía —respondió Renato tan simpáticamente como pudo.

—Al shopping.

—Ajá.

—Necesito cosas. Ropa. Fin de semana largo y concurrido shopping de mierda.

Gabriel estaba rozando lo melodramático a toda prisa. Dijo algo sobre que podía manejar la gripe barriendo la casa, pero que comprar ropa le daba urticaria.

—Sí, la necesitas. Y probablemente solo debamos cargar el auto y ponernos en marcha, con una parada en el camino —dijo Renato pacientemente.

Había hecho esto en más de una ocasión con las nenas y Agus antes de un viaje, pero no mencionó esto a Gabriel. Incluso si su mejilla tembló con una risa contenida.

—Ugh —gimió Gabriel antes de pasar a la cómoda. Ropa interior. Levantó las medias en una mano, como afligido por la indecisión.

—¿Necesito medias?

—No. Salvo que creas que vas a correr por las mañanas. Entonces sí.

Las medias deportivas fueron arrojadas sobre la cama.

Al final, el bolso de Gabriel contenía un par de buenos pantalones cortos deportivos y una remera negra que no tenía rasgones o manchas, zapatillas de correr, ropa interior, y un traje de baño. El resto se quedó vacía en previsión de camisas, chombas y pantalones de colores claros y opacos y...

—¡No voy a usar sandalias!

Calzado que no era sandalias.

Renato siguió a un airado Gabriel a la planta baja, anticipando un fin de semana fascinante en Uruguay.

***

Samanta Lucía Casanova no podía tener cualquier celebración bautismal. Agustín y Angela decidieron esperar un poco más de un año para invitar a sus más allegados a la casa de Uruguay para una celebración.

Tres días en una propiedad junto al agua, con una vista impresionante, interiores magníficos, y un sistema de seguridad que rivalizaba con grandes corporaciones, cortesía de Seguridad Gabriel Gallicchio.

#3 Q&D Quallicchio [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora