¿Superman o Batman?

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Stiles Stilinski era un niño hermoso. Castaño, pálido, con su cuerpo y carita salpicada de lunares, unos ojos café únicos y bellísimos, largas pestañas que los adornaban, una nariz respingona y adorable, y sus labios rosas y suaves con forma de arco de cupido, sí, sin duda alguna era precioso. Todo el que lo conocía se enamoraba de la dulzura del pequeño niño. Criado por Noah Stilinski, el Sheriff del pueblo, Stiles era un chiquillo curioso, inteligente, hiperactivo hasta los huesos, pero sobre todo, muy amable y con un gran corazón.

A pesar de haber perdido a su mamá a muy temprana edad, y pasar muy poco tiempo con su padre debido al trabajo de éste, Stiles siempre buscaba lo bueno de todo; de las situaciones, de las adversidades, de las personas. Eso lo hacía muy especial, porque no se limitaba a creer lo que los demás le decían, si no que su mente le pedía "resolver el caso" y averiguar por sí mismo la verdad del asunto.

Desgraciadamente, así como hay niños lindos y amables, hay otros que no lo son, esto lo descubrió cuando entro a la primaria.
Era su primer día de clases, nueva escuela, nuevos amigos, nuevas aventuras; Stiles estaba muy feliz y emocionado ese día, su padre lo había llevado hasta la escuela y se sintió muy cool cuando sus "nuevos compañeros" lo vieron llegar en el coche de policía, su padre incluso lo había llevado hasta la puerta, y le había dado dinero para comprarse una golosina cuando tuviera su descanso.

—Bueno, es hora de que entres ahí, pequeño.—dijo el Sheriff mientras dejaba a Stiles en el gran portón de la escuela.

—Sí papá, te prometo que estaré bien, no estés triste.—dijo, mientras hacía un adorable puchero—Estoy listo, nací listo y hoy ¡por fin seré un niño de primaria! Oficialmente, claro. Haré muchos amigos y... Y.... ¡Voy a comer pizza para el almuerzo! ¿Metiste la pizza al refrigerador? La vez pasada la señora McCall tuvo que hacerlo, y estaba muy molesta, incluso dijo que t...

—¡STILES!—interrumpió el Sheriff, un poco aturdido con tanto palabrerío—Cielos, son apenas las 8 am, ¿cómo es que puedes hablar tanto, pequeño?

—Es un don.—Dijo Stiles mientras sonreía orgulloso.

—Claro que lo es.—dijo Noah mientras miraba a su niño con una sonrisa nostálgica, le recordaba demasiado a Claudia— Bueno, es momento de entrar, o llegarás tarde a tu salón.—alentó mientras se agachaba para darle un beso en la frente—Ve, pequeño.

—Te amo papá, ¡nos vemos más tarde!—gritó Stiles mientras corría hacia dentro del plantel, tropezando con sus propios pasitos y desbordando esa emoción que lo caracterizaba.

Noah sólo negó divertido, y regresó al coche patrulla para ir hacia su trabajo, sabía que Stiles estaba en buenas manos por el momento.

Mientras tanto, Stiles entró corriendo a su salón, tal como lo hacía siempre en todos lados, y tomó el primer asiento que vio disponible, sentándose con una gran sonrisa. De un momento a otro, sintió un dedo golpeando su hombro, así que se volteó para ver quién era.

—Wooooow.—dijo el pequeño Stiles, haciendo que su boca formara una o, y que sus ojitos se abrieran y brillaran. Delante de él, tenía a la niña más hermosa que hubiera visto alguna vez, su cabello color fresa, su carita tan hermosa como la de un ángel, y su olor a perfume de algodón de azúcar hicieron que Stiles quedara maravillado.

—Mhhhhmmmm,—carraspeó la pequeña niña— no sé si no te has dado cuenta, pero el lugar que tienes ya está ocupado.—dijo molesta, mientras fruncía su pequeño ceño, y golpeaba sus zapatitos en el piso, cruzando los brazos en su pecho.

—¿Qué dices?—respondió Stiles, con una sonrisa boba en su carita, recargado del pupitre con el rostro posado en sus manitas.

—Dijo que te quites, niño raro.—habló una voz a sus espaldas, así que Stiles se volteó para ver a quién pertenecía.

En ti quiero estar. ~STEREKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora