Enamoramiento.

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Todo marchaba de maravilla en el soleado y tranquilo Beacon Hills, era otro día más de preparatoria.

—¿Qué opinas de Karen?— dijo el de rulos mientras abría su casillero.

—Hmmm, no... Es muy linda pero creo que no es para mí.

—¿Y Breaden?— sugirió Erika mientras le robaba un pedazo de chocolate a su novio Boyd.

—No, las cosas con ella terminaron, y no muy bien que digamos.— Derek fingió tener escalofríos, cosa que hizo reír a sus amigos.

El baile de bienvenida estaba próximo a ocurrir, y como era costumbre cuando había un evento así, a Derek le llovían propuestas.

—¿Y Melanie?— dijo Boyd con un chasquido mientras avanzaban a clase de química.

—Es algo intensa.

—¿Rebeca?— exclamó Isaac.

—No le agradan ustedes.

—¿Diego?— insinuó Erika.

—No es mi tipo.

—Ay, ¡vamos! Aparentemente nadie lo es últimamente.— refunfuñó el más alto mientras se jalaba la bufanda fingiendo ahorcarse —Te damos opciones para acompañante del baile y solo las rechazas una tras otra.

—Es cierto, Derek.— habló la rubia —Al menos yo iré con Boyd, y Isaac fue invitado por Natalia y Eric, así que no podrá acompañarte él.

—¿Y qué pasa si no quiero acompañante?

—Es nuestro último año, viejo, hay que disfrutar. Pronto nos iremos de aquí a estudiar la universidad, piensa en todo lo que dejarás atrás.

Las palabras de Boyd retumbaron en su mente. "Todo lo que dejarás atrás". Derek no quería pensarlo, sin embargo, evadir el tema no haría que se solucionaran las cosas. El ojiverde sabía que esa frase abarcaba muchas cosas.

Derek siempre había querido estudiar Historia en Nueva York, quería convertirse en maestro y dar clases en alguna universidad prestigiosa, era lo que más anhelaba su corazón.

Obviamente, sabía que tenía el apoyo de toda su familia; Beacon era un pueblo pequeño, así que su madre ya le había dicho que estudiaría la universidad fuera de ahí, para que expandiera sus horizontes y encontrara un mejor camino, cosa que Derek agradeció infinitamente. No lo malinterpreten, él amaba el bello pueblo en el que creció, solo que sus sueños estaban fuera de ahí.

Bueno, al menos una gran parte de ellos.

Porque Derek también tenía otras ilusiones y sueños por cumplir en el trascurso de su vida, una de ellas era algo cursi: conocer a la persona con la que compartiría el resto de sus días en la tierra.

El joven Hale quería enamorarse. Quería experimentar lo que se sentía estar dispuesto a compartir cada momento de tu vida con alguien más, y que dicha persona compartiera los suyos contigo. Quería emocionarse con la felicidad de su pareja, ser su hombro para llorar cuando estuviera triste, y tener un soporte cuando sintiera que estaba tambaleándose.

Algo así como... Como cuando tenía a Stiles cerca. Y ahí estaba el tema que no quería pensar: Stiles.

Derek había visto la cara de ese pequeño cuando, hace unos años, tuvo que acompañar a los Hale al hospital, parecía que le estaban arrancando el corazón directo del pecho cada que lo veía tirado en esa cama, y Derek lo entendía totalmente.

Él sabía que Stiles vio a su madre morir, y también recuerda lo que Peter le contó que había pasado mientras él estaba sedado en la habitación. Realmente no pidió saberlo, Peter lo dijo sin querer aquella noche que encontró a Derek consolando al pequeño Stiles por una pesadilla, lo recuerda perfectamente.

En ti quiero estar. ~STEREKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora