-entonces así despejas x, pero tienes que estar pendiente de los signos y – Cristian no me había buscado hoy antes de entrar a clase. Y no me había escrito en la mañana. ¡fui un tonto! ¿porque tuve que hacer eso? Lo sabía me habían desechado como la basura- Fernando. Entendiste – mire a mi amiga. Esta sostenía el lápiz en s boca y me miraba interrogante. Suspire.
- lo siento no te he prestado, atención – me dio un golpe en la cabeza- hauuu – me queje.
- tengo un rato explicándote. Y tu hay como un tonto – la mire y agache mi cabeza. Acomode mi pelo. Ya mi flequillo estaba más largo. Me comenzaba a estorbar en los ojos- ¿Qué te pasa Fernando? Estas demasiado raro – la mire. Y suspire. No le podía contar a Naza nada. No le podía contar a Yorgelis. Porque conociéndola. Iría a reclamarle a Cristian. Pero que le reclamaría. Está bien no me había llamado ni un mensaje. Pero solo había pasado unas horas. Pero habíamos echo eso. O mejor dicho yo le había echo eso.
Pero yo sabía que mi ánimo no solo era por esa situación. Aun no me podía quitar de la cabeza. Las miradas que se dieron Cristian y Anavit. No me lo sacaba de la cabeza. Y estaba la otra cosa. Que a Cristian no le gustaban los chicos. Claro supuestamente. Porque yo eran un chico. ¡Joder! que tenía pene y todo.
-naza- la llame- que pasa. No mejor olvídalo – cerré mis cuadernos. No estaba para estar despejando la dichosa "X". adonis no había venido a clase. No me había escrito.
- Fernando. Dime, anda no seas malo. A ti te pasa algo. Y no me lo quieres contar –
- no es nada de verdad – le negué con la cabeza. Como le contaba. Como le decía. sin que ella se apartara. Ella era igual de religiosa que mi familia. Si era presidenta de un comité cristiano y todo en el colegio. Me tacharía de aberración. Estaba en una encerrona. No le podía contar mis dudas a nadie. Me seria ahogado.
- ya me enterare. Pero vamos un rato al patio. Acá no hay nadie ya – me fije en el salón. Estaba completamente vacío.
-adelántate. Yo me quedare un rato más –
- estas demasiado raro. Pero está bien. Te espero en el cafetín. Ha. Tienes que ayudarme a ir a ver a los dos nuevos. Tengo que checar. Que se metan en uno de los talleres – mi amiga era la presidenta de varias materias extracurriculares. Y se lo tomaba enserio. Y los nuevos. ¡la nueva! Anavit. Al recordar las miradas. Las dudas volvieron a mi estómago y mente.
-si tranquila – se marchó. Me volví a sentar en mi puesto.
"qué demonios estás haciendo" pensé.
Me agarre mis ojos con frustración. Busque mi móvil de nuevo. Nada no había mensajes ni nada.
Me metí en la aplicación de mensajes. Vi la foto de Cristian. Se podía ver los lunares en su cuello. Al fondo un collar de plata. Y su maldita sonrisa. Esa maldita sonrisa que tenía comiéndome el coco. Me pare deje mi mochila en mi puesto tome mi teléfono y lo metí en mi pantalón trasero.
Tenía que buscarlo. Tenía que saber que me diría. Cuando me viera en la cara.
Salí del salón y vi a los grupos de estudiantes. Estaban regados por todo el colegio. Camine hacia los edificios de ultimo año. Saqué mi móvil y le escribí a mi prima.
"¿dónde estás? "le envié. A los segundos recibí su respuesta
"en clase. Donde más. ¿qué pasa? "
"te veo en los edificios de ultimo año "le envié.
Así Cristian pensara que solo estaba pasando. Por ahí de casualidad. Era un genio. De pronto siento que alguien me toca el hombro volteo y la veo.
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LO APRENDÍ DE TI
Romance¿Cómo te enfrentas al mundo con prejuicios? Él no lo sabía. Trataba de lleva una vida amenamente normal. Ocultando los horrores que el pasado le dieron. Y ocultando su identidad a su familia controladora. Pero qué pasaría si un día normal. Conociera...