Escuchaba como un molesto sonido se metía en mi cabeza. Este martillaba mis tímpanos sin cesa. Moví mis manos cuando choco con algo. O mejor dicho alguien. Levanto mi cabeza para ver a Yorgelis postrada a mi lado. Con el cabello enredado y una línea de baba cayendo por su labio. Eso de que las mujeres se son delicadas no aplicaba para esta. Ella se remueve incomoda cuando levanta su mirada y la posa en mí. voltea los ojos.
-agarra esa mierda antes de que lo estrellé contra la pared – le di una patada y esta se voltio.
Busco me celular. No lo encontraba y el sonido de que estaba entrando una llamada me estaba desesperando. Buscaba el maldito aparato, pero no lo encontraba. La música se había terminado. La persona que estaba llamando se había cansado. O mando a buzos. No me importo el sueño me estaba invadiendo de nuevo. Cuando nuevamente la melodía invadió mi habitación.
Maldita sea. Donde coño esta ese aparato del demonio. Pensé. Me baje de la cama y mire debajo de ella. hay estaba. A lo mejor se había caído en la noche. Una alarma sonó en mi mente y si se había partido la pantalla. Que me daba un infarto que no tenía ni un mes.
Agarro rápidamente el aparato y al ver que está intacto, el alma vuelve a mi cuerpo. Cuando veo la llamada era adonis. Me extrañe ya que este. Nunca me llamaba a estas horas. Conteste rápidamente. La preocupación invadía mi cuerpo.
- Halo. Que pasa –
- Fernando. Ya voy camino para tu casa. Hazme café te lo pido me explotara la cabeza-
- Jajay. Yo no te mande a beber energúmeno. Y si me despertaste, pero. Ya me paro-
- Ok. Ya vamos para allá. Cristian va. ¿no hay problema verdad? – una risa se escapó de mis labios
- No. no hay problema. Yo lo invite anoche-
- Ummm. Bueno nos vemos-
Y colgó el teléfono. Mire hacia la cama y mi prima estaba frita todavía. Me fui al baño de mi habitación y me quite mi ropa- mire mi reflejo en el espejo. Mi pequeña pansa salía. Como recordándome que tenía que dejar las harinas y hacer ejercicio.
Pero es que no me apetecía. Pasar una hora en el gimnasio. Me metí a la ducha y abrí el agua fría. A estas horas no era persona. El agua helada me ayudaría a despertarme. Pasaba mi mano por mi cuerpo. Enjabonándome el torso. Pase mi mano por mi sexo.
Estaba semi despierto. Con la erección matutina de todo el hombre. Tenía semanas sin masturbarme. Hoy me apetecía, pero no era el momento. Me quité rápidamente el jabón de mi cuerpo y Salí de la ducha.
-santa mierda- me asuste al ver a mi prima sentada en el inodoro. Esta me miro aun con los ojos apagados por el sueño- sus pelos estaban totalmente alborotado.
-podrías haber esperado que yo saliera. Por dios. Tú no eres una dama- agarre mi cepillo.
-ha no seas ridículo. Además, somos primos antes nos bañábamos juntos-. volteé mis ojos, escupo el resto de crema y la miro.
-pero ya se vería raro que nos vieran en el mismo baño- ella se levanta sin siquiera intentar taparse su vagina.
-ha que ahora a ti te salgan unos cuantos pelos y a mí me baje no quita el que prácticamente somos hermanos. Y ya anda salte que me voy a bañar-
-estás loca tía- y me empujaba fuera de MI baño.
Me fui a mi guarda ropa. volteé los ojos. Mi prima era un caso especial definitivamente. Me puse solo una camisa vieja de algodón un short negro deportivo. Baje por la gran escalera que me llevaba hacia la sala principal de mi casa. Me fui a la cocina la cocina de mi madre era moderna. Con una isla en medio. Me voy hacia el refrigerador cuando veo una nota pegada con imán. Mi madre no podía ser más anticuada en la vida. Joder su teléfono era de tres generaciones pasadas. Ni siquiera internet tenía el dichoso aparato.
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LO APRENDÍ DE TI
Romansa¿Cómo te enfrentas al mundo con prejuicios? Él no lo sabía. Trataba de lleva una vida amenamente normal. Ocultando los horrores que el pasado le dieron. Y ocultando su identidad a su familia controladora. Pero qué pasaría si un día normal. Conociera...