CAPITULO VIII ERES MIO

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tienen que escuchar la musica que deje de piano. en el momento que Fernando toque. eso los trasportara a la historia. besos nos leemos abajo 

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Me sujete. Apreté los ojos. Los chirridos de los neumáticos me tenían con los nervios de punta. Mire a mi lado. Cristian No me había hablado solo estaba conduciendo. Como un maldito desquiciado. Cerré los ojos. Cuando vi que casi le daba a un auto en la parte de atrás. Lo volví a mirar.

-si tienes pensado matarte. Me bajas a mí. aprecio mi vida – bajo la velocidad. Pero solo un poco. Su respiración se sentía pesada. Podía sentir. Como su mirada me atravesaba-solo me montaste para ignorarme. Mejor te fueras traído a Anavit – giro bruscamente y paro el carro alado de la carretera. Todo estaba tan solo. La carretera estaba desierta y oscura solo se veía las luces de los faros del auto.

- y ata te gustaría estar con él ¿verdad? - me miro sus ojos estaban inyectados de sangre. Mire al frente. No obvio que no. nunca preferiría a Jehiel que a él. Pero Cristian se había ido con Anavit primero.

- no entiendo. Porque te importa si tú te fuiste con ella - me sujete mis manos. No lo quería ver.

-eso es diferente – su voz había bajado.

- que es diferente Cristian. Yo con el solo estaba bailando. tú te estabas besando en mi nariz con ella – mi voz había subido solo un poco.

- exacto estabas hay bailando delante de todos. ¿ahora qué dirán? - ahora si lo mire. Este estaba con un brazo en el volante y su cuerpo estaba girado en mi dirección. Su camisa negra se pegaba descaradamente a su pecho. Y podía ver sus bises. Fuertes imponentes. Aleje eso de mi mente.

- ¿Qué dirán? –

- sabes lo que dirán. Que tú eres un Maricon. Eso dirán. Y tu primo por dios eres un inconsciente. Ahora lo complicaste todo – no entendía. Pero eso en parte era verdad. Sabía que hablarían. ¿y si había alguien que me conocía o conocía a mis hermanos? – por eso bese a Anavit. Así cuando este cerca de ti no dirán cosas raras – mis ojos se abrieron.

- un momento no entiendo. Ósea que la besaste por mi culpa. Qué te pasa Cristian. Me imagino que tendría que darte las gracias –

- no entiendes. Eso es lo que pasa que aun eres muy inmaduro – me quite el cinturón - ¿A dónde vas? –

- eso no te importa – salgo del auto. Estaba tan molesto. Escuche la puerta.

- espera Fernando – me di la vuelta.

- ¿qué coño quieres? Cristian. Si no quieres que ahora te vean cerca de mí. no te me acerques y listo todo arreglado – el corrió y me sujeto las manos. Trate de quitarlas, pero él las apretó.

- no me entendiste – le negué.

- no. te entendí perfectamente. Ahora te da vergüenza estar cerca de mí. capte el mensaje –

- no es eso Fernando. Yo quiero estar cerca de ti. No sabes la furia que me evadió al verte bailar con ese tipo. Lo quería matar. Pero es complicado. Yo no soy gay. Mi familia me mataría si se entera que, si quiera tengo un amigo gay. Pero yo quiere estar cerca de ti- me acerco a él. Sus manos se fueron directa a mi culo. Beso mi cuello. Me quise apartar. Pero no pude. Al segundo beso en mi cuello. Ya había cerrado mis ojos- odio que otro te toque. No sabía que podía sentir celos por alguien. Pero te lo digo claro. Eres mío. Solo mío no soportaría que otro te tocara – llevo su boca a la mía y me beso. Este beso era distinto a los otros. Era demandante. Era dominante. Y yo solo me deje dominar. Mordió mi labio inferior. Me apretó más a él. – no quiero verte cerca de el –

LO APRENDÍ DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora