Carroña ||Joerick||Terminada||

«10»

No es la primera vez que tiene a Joel en su casa pero se siente muy nervioso, el mayor se ríe atrayéndolo a su regazo, besa su mejilla un par de veces suspirando.

—Somos una pareja— susurra avergonzado.

Erick  entreabre sus labios, porque si lo entiende bien esa fue su manera de pedirle que sea su novio.

—Somos una pareja— afirma uniendo sus labios.

Sonríen en medio del beso, notando lo felices que son desde que están en la vida del otro, el beso comienza a hacerse más profundo mordiendo su labio inferior Joel le quita la camisa desesperado por desvestirlo.

En pocos minutos ambos están desnudos con Erick restregando su culo sobre el pene del mayor, suspirando sobre su boca; Joel hunde sus dedos abriendo sus nalgas simulando pequeñas penetraciones.

—Ya métela Joey— gime pegándolo más a su boca. 

—Estas muy ansioso— susurra ronco acariciando sus pezones.

Se remueve introduciéndose en su grueso pene, soltando un pequeño grito cuando a entrado por completo, salta rápidamente echando su cabeza hacia atrás.

—Dios, bebé— aprieta sus dedos en su cintura disfrutando de la vista, el delgado cuerpo del ojiverde moviéndose desesperado sobre su erección. 

—Me encanta tenerte adentro— susurra sujetando su rostro.

Joel se sonroja levemente impulsando sus caderas ayudándole a sentirlo más. 

Erick entierra sus uñas en su espalda abriendo más las piernas, sintiendo los dientes del mayor marcar su piel.

—Me encanta tu culo, la manera en la que me aprietas— gruñe levantándose, recuesta al menor en la cama besándolo.

Erick tiembla llegando sobre su pecho disfrutando de las embestidas de Joel los siguientes minutos hasta que su semen llena su culo.

Joel sonríe besando sus labios, suspira acomodándose mejor en la cama, baja la mirada a su pancita sonriendo. 

—Er…—

—mmh— murmura levantando la cabeza.

—Tienes pancita— susurra bajando a su barriguita.

El ojiverde baja la mirada mordiendo su labio inferior.

—¿Crees que vallamos a tener uno?— pregunta ilusionado.

Erick lo aparta sentándose.

¿Van a tener uno? Es imposible, no a tenido síntomas de un embarazo.

—No lo creo—

—¿Por qué no? ¿Estas diciéndome que no puedo hacerte un hijo?— pregunta ofendido.

—No, yo no digo eso, lo que quiero decir es que no podemos tener un niño, me e estado cuidando— mentira, solo quiere ignorar la realidad.

Joel suspira regresando a sus labios.

—Eso tiene más sentido, tú amarías tener un bebé mío—

[♡]

Joel sujeta su cintura besándolo, se aleja caminando a su habitación. 

El menor suspira pensando en las posibilidades de que en verdad tenga un bebé, se odia tanto en este momento por no haber usado protección.

Necesita un consejo, busca a Patricia en la cocina con sus piernas temblando de miedo.

—Que bueno que ya llegaste Erick— dice alegremente tomando de su café.

Erick asiente tomando el atrevimiento de sentarse frente a ella.

—¿Puedo hablar con un usted sobre su hijo?— pregunta en un murmullo.

Se pone seria soltando un quejido frustrado.

—¿Qué hizo ahora?—

—Es que… existe una posibilidad de que este esperando un bebé, de él—

La taza se rompe, aprieta sus ojos con fuerza.

—Erick… tienes muchas cosas por vivir y sinceramente mi hijo jamás te dará una vida digna, esperaba que el cambiara y en el fondo creía que tu lo harías cambiar; pero al verlo llegar drogado y con una actitud peor cada vez, entiendo que el amor no es la solución a todo— hace una pausa juntando sus manos. 

—Yo lo se, pero…—

—Lo mejor será que te vallas Erick, ya no te quiero con nosotros y no creas que soy mala, es lo mejor para ti—

—¿Lo mejor para él?— pregunta Joel desde la puerta apretando su mandíbula.

—¿Por qué te empeñas en quitarme todo lo que amo?— gruñe intentado mantener la cordura.

—No es así hijo, desde que tú papá murió…—

—¡No te atrevas a mencionarlo! Eres solo una mujerzuela que le quito todo, hasta su vida, no mereces ni siquiera mencionar su nombre— lágrimas de coraje bajan por su rostro.

—Joel es suficiente, es tú mamá— susurra el ojiverde sujetando su brazo. 

El rizado asiente mirándola con odio.

—Es mejor que te alejes Erick, sólo quiero lo mejor para ti—

No puede controlarlo más; regresa su cuerpo abofeteado su rostro.

—¡No vas a quitarme a Erick!— grita sujetando sus brazos con fuerza. 

El ojiverde lo mira aterrorizado.

—Joel, no hagas esto— susurra con la voz entrecortada.

—No van a separarme de ti—

—Si sigues lastimándola yo seré él que te deje— murmura firmemente.

Joel se acerca rápidamente sujetando su brazo.

—Vámonos— tira de su brazo sacándolo se su casa.

Patricia cierra sus ojos rogando porque Erick recapacite. 

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