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Lexa:Había llegado al departamento de Octavia unos diez minutos después de la hora que me había dicho. Trate de ser puntual pero sucedió un pequeño inconveniente que tuve que resolverlo.
Cuando estacione el jeep enfrente del edificio, vi la silueta de Octavia que estaba en la recepción del edificio esperando. Toque el claxon para que se diera cuenta de que ya había llegado. Así que espere dentro de la camioneta para que Octavia se subiera.
— Llegas tarde...—digo con un tono de reproche y frustración. Mientras azotaba la puerta.
— Lo siento guapa.—me acerqué para darle un beso en los labios pero ella al instante se giró para que mis labios quedaran en su mejilla.
— Vámonos, no quiero llegar tarde a la universidad.—jalo el cinturón de seguridad con brusquedad que se termino lastimando.
— Tranquila fiera, ¿por qué estás enojada?—me hice la inocente pero sabía el motivo de su frustración.
— Por nada. Solamente puedes conducir, quiero llegar a clases.—
— Si jefa, como usted ordene.—encendí el auto para dirigirnos a la universidad.
Comencé a conducir, por momentos trataba de ver a Octavia, pero ella mantenía su vista en la ventanilla y me ignoraba. Tuve que realizar una maniobra de coqueteo con ella, deje mi mano en su entrepierna y comencé acariciarla lentamente.
— Muy tensa... —comencé a subir mi mano hasta la altura de su botón de su pantalón y lo desabroché. —Déjame ayudarte y te puedo relajar un poco.—sin esperar respuesta meto mi mano en su braga.
Se tensionó al inicio instante, pero cuando comencé a dejarle caricias se fue relajando. Hasta que profundice más y Octavia soltó un gemido.
—¿Lista para el primer día de clases?—pregunto, mientras estaba concentrada manejando y tratando de darle placer a Octavia.
Es lo bueno de ser mujer y poder hacer múltiples tareas a la vez, y por supuesto que tu auto sea automático.
— Ah... si... estoy... algo ... nerviosa.— trataba de hablar pero realizaba pausas en cada palabra.
Mantenía las constantes caricias en el monte venus de Octavia, podía sentir su vello rozar con cada toque y profundidad que le daba.
— El viernes Anya dará una fiesta... y ya sabes cómo es mi mejor amiga... estaba pensando en que podrías ir, pero no conmigo. Lo que quiero decir que no llegaremos juntas porque aún no quiero anunciar nada de nuestra situación sentimental.—
Mientras le decía mi plan a Octavia, sentí su mano que paraba mis movimientos y después me agarraba de la muñeca para sacarla bruscamente.
— Para el auto, Alexandra.—exigió Octavia mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.
— Hey! calma, era broma.—trate de que se tranquilizara.
— Para el maldito auto Alexandra, me bajo aquí.—comenzó abrocharse su pantalón y después agarro su bolsa.
— Estamos a diez metros de llegar a la universidad, no puedo parar.—dije desconcertada.
— PARA EL AUTO!—gritó Octavia.
— ¿Qué coño te pasa?—
— ¿Qué me pasa? ¿En serio?—preguntó ofendida.
— Si, ¿me puedes explicar?—di una pequeña mueca molesta sobre su actitud.
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El "fruto prohibido" Clexa
RomanceMuchos de ustedes están familiarizados con la típica historia de amor entre la profesora que se enamora de su alumna o viceversa y todo es color de arcoíris, pero que pasará si las apariencias engañan y la vida de las protagonistas es completamente...