-8-Primero y último

2.8K 172 58
                                    

      
-8-
Lexa:

Cuando conocí a Costia, me sentí la niña mas afortunada del planeta.

Costia de 5 años y Lexa de 7 años:

A partir del momento en que la conocí, las dos nos convertimos en las mejores amigas, como uña y mugre, donde iba una, iba la otra. Las dos siempre compartimos los momentos más importantes de nuestra vida, como la primera vez que a Costia se le cayo un diente y luego a mi se me cayeron dos por estar jugando fútbol, entre otros.

Mi comportamiento sin duda era muy diferente al de Costia, ella se podía mezclar entre todos los niños, era aventurera y extrovertida, en cambio, yo solamente me detenía a observarla de lejos y procurar que siempre estuviera fuera de peligro.

Cosita a los cinco años era una bala y la curiosidad siempre estaba reflejado en ella, cuando salíamos a explorar me preocupaba mucho en sus travesuras o decisiones y siempre estaba a un lado de ella para evitar que se lastimara como la primera vez.

Sin duda ella parecía incapaz de guardar silencio, y yo solamente la miraba como una niña asombrada ante su corta edad, ella era muy inteligente.

Cuando cumplí 6 años, la señora encargada del orfanato me llamó un día, para presentarme a dos personas, las cuales eran mis padres.

Mis verdaderos padres ... Allie y Gustus.

El siguiente otoño, Costia ya había comenzado el Kinder, durante 2 años habíamos pasábamos la mayoría del tiempo juntas, pero ahora nos separaría 4 largas horas. Después de haberla tenido para mi, ahora tenía que compartirla con unos extraños niños y niñas.

Siempre pensaba en los peligros de dejar a Costia en un nuevo mundo, en una nueva etapa de vida, pero siempre me decía que ella estaría bien, que ella sabe manejar las cosas y se relacionaría bien con los nuevos compañeros de clase que tendría.

En ese tiempo que Costia estaba en clases, yo me la pasaba acostada en mi cama, aburrida y solitaria por un largo tiempo. Hasta que mis padres se peleaban y decía escaparme de la pequeña casa donde vivía e iba a buscar a Costia fuera de su escuela.

Los cinco días de la semana en que asistía a la escuela, me encontraba con la madre de Costia, así que las dos siempre la esperábamos cuando saliera del kínder.

Durante el camino del kinder a casa, Costia me contaba todo lo que había hecho en este día, me hablaba sobre su maestra, sobre los trabajos, sobre las estrellitas que ganaba por responder bien a las preguntas, me regala dibujos realizados en clase, mismos que decoraban mi pared de mi pequeño cuarto y hasta de sus amigos, lo que a veces me producía celos, se supone que era la única amiga de Costia.

Al llegar a casa, siempre nos íbamos directo a su habitación para comenzar a jugar, contar historias pero lo que más me gustaba era cuando Costia me enseñaba lo que había aprendido en clases, ya que yo no tenía la oportunidad de asistir a la escuela.

Mis padres nunca se preocupaban de mi paradero, así que siempre estaba en la casa de Costia, incluso me gustaba mucho el amor que le tenía su madre a su hija, porque para mi también se convirtió como mi verdadera madre, siempre dejó que me quedará a jugar con Costia, me daba de comer, me regalaba ropa nueva, incluso hasta me quedaba a dormir en el sofá cuando mis padres se peleaban.

Lamentablemente nunca lleve a Costia a mi pequeña casa, no era por la vergüenza de cómo vivía sino era porque no quería que viera como mis padres comenzaban a gritar o mi madre me comenzará a pegar.

Nunca la deje sola, incluso en verano fuimos por primera vez a la playa, al inicio corrimos de un lado a otro, en la orilla del agua ante la sensación de nuestros pies descalzos sobre la arena. Finalmente cuando decidimos ir las dos juntas al agua, nadamos por horas sin salir hasta que oscureció.

El "fruto prohibido" ClexaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora