¿En serio el chico popular de la escuela sería capaz de acostarse con una chica nueva, solo por una simple apuesta? Si, era capaz, aún cuando por premio le ponían el teléfono que tanto quería.
Pero todo eso cambiaría al darse cuenta de sus sentimien...
Ya era lunes, no lo podía creer, el fin de semana pasó más rápido de lo que había imaginado y hoy comenzaría mi primer día en la escuela a la que tanto quería asistir.
Mi alarma comenzó a sonar, la apagué y me acomodé nuevamente para dormir, pero recordé que era mi primer día de clases en la escuela nueva y me senté rápidamente en mi cama.
— ¿Qué hora es? –me dije a mi misma mientras tomaba mi celular y veía la hora–. Excelente, son las 6:30, tengo tiempo suficiente.
Me levanté rápidamente, tomé mi toalla para luego dirigirme al baño que había en mi habitación y tomar una ducha, la cual duró unos 15 minutos aproximadamente. Me puse una bata y sequé mi cabello.
Salí del baño y tomé mi celular nuevamente para ver la hora. '07:03 am'marcaba mi aparato electrónico.
Busqué una ropa linda para el primer día de clases, debía ir presentable y bien vestida. Tomé unos jeans que estaban rotos en las rodillas, junto con una polera de color marrón que era corta, una chaqueta estilo militar y unas zapatillas blancas.
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Me dirigí al baño nuevamente y me maquillé un poco, casi nunca usaba maquillaje, sin embargo me gustaba. Me maquillé naturalmente sin exceder con la cantidad de productos, ya que no iba a una fiesta, solo iba a mi nueva escuela.
Tomé una pequeña mochila negra, en la cual metí algunas cosas necesarias, toallas femeninas, un bálsamo labial, cepillo de dientes, entre otras cosas que toda chica debería tener en su bolso.
Me dirigí a la planta baja con mi pequeña mochila, mi celular y mi llaves. Entré a la cocina y estaba mi madre desayunando con mi padre y Yejun.
— Pensé que te habías quedado dormida –dijo mi padre cuando me vió entrar–.
— Hubiera sido de muy mala suerte que me hubiera quedado dormida –dije riendo–.
— Amor ¿qué hora es? –dijo mi madre a mi padre y él tomó su celular para ver la hora–.
— 07:28, voy tarde –dijo mascando su pan para luego tomar un poco de su café–. Sun ¿Puedes retirar eso? –dijo mientras salía de la cocina–.
— Está bien –dije–.
— Yejun vamos –dijo mi madre y el pequeño se paró y corrió fuera de la cocina–.
Mi madre fue a lavar sus dientes, junto con Yejun y mi padre, yo me quedé esperando en el sofá y minutos después bajaron.
— ¿Desayunaste? –preguntó mi padre mientras bajaba–.
— No –contesté–.
— Pero Sun, debes desayun... –fue interrumpido por la voz de mi madre–.
— Puede hacerlo en la escuela, vámonos –dijo mientras bajaba las escaleras rápidamente con Yejun de la mano–. Sun ¿Te irás conmigo o con tu padre?
