Todo por una Apuesta | Hwang Hyunjin.

29.

Lágrimas seguían corriendo por las mejillas de Sunhye.

— Sunhye ¿De qué hablas? –dijo el padre de la chica, nervioso–.

— No te hagas el que no sabe –alzó un poco la voz la castaña–.

— No me grites, soy tu padre.

— ¿Ah sí? Un padre no hubiera hecho eso.

— ¿De qué mierda estás hablando Sunhye? –ahora fue él, el que alzó la voz–.

— ¿De qué estoy hablando? Léelo por ti mismo.

Sunhye tiró la carta, su padre la tomó del suelo y comenzó a leer todo.

"Hola hija, quizás te estés preguntando que en donde estoy, no es fácil de explicar, todo esto es muy confuso y poco creíble para mí, tan solo espero que no odies a tu padre después de que leas esta carta.

He decidido irme lejos de Seúl con Yejun, así que arreglé nuestras cosas y ahora partiremos, no te diré en donde estamos hasta que me estabilice en aquél lugar. Mi linda princesa, siempre serás mi princesa.

No quiero que llores por esto, es una decisión repentina, no lo pensé dos veces, la acción de tu padre no me dejó otra opción, no puedo ni siquiera verlo a los ojos.

Este viaje repentino es por tu padre, yo lo encontré en casa hoy con una mujer, cuando vine a almorzar y discutimos. Fue muy doloroso para mí, durante semanas se estaba comportando extraño y algo me decía que era por infidelidad, pero yo solo descarté esa idea de mí cabeza, porque en el fondo quería creer que era mentira.

En fin, no quiero hacer esta especie de "despedida" más larga, así que solo quiero decirte que te quedes con tu padre, que lo cuides y que cualquier cosa que pase, nunca, pero nunca, lo dejes de amar. Fuera de este problema que tengo con él, no lo dejes de querer, te aseguro que Yejun y yo estaremos bien y que podrás venir a visitarnos dentro de un tiempo.

Te amo mucho princesa♡

Con amor, tú mamá♡"

— ¡Le fuiste infiel a mamá y ella se quería ir de Seúl con Yejun! –gritó Sunhye, haciendo que el hombre quedara sin palabras–. Por tu culpa ella murió... Si tú no le hubieras sido infiel.. Si tan solo tú la hubieras amado de verdad... Ella no hubiera muerto y Yejun no estaría en coma.

— Sunhye yo...

— ¿Qué? ¿Qué me vas a decir? ¿Qué no lo quisiste hacer? Vamos... Esto no es de ahora ¿O si? Llevabas semanas volviendo demasiado tarde a casa y ya no llegabas a cenar como antes.

El hombre solo mantuvo silencio mientras tenía su mirada fija en la carta.

— Realmente lo siento Sunhye –dijo finalmente viendo a su hija a los ojos–.

— Sentirlo no hará que mamá regrese y que Yejun se recupere.

La castaña se acercó a él, le arrebató la carta y se alejó nuevamente, dándole la espalda.

— Me voy de aquí.

Fue lo último que dijo la castaña y salió de la cocina.

— ¡Sunhye!

Su padre le gritó, pero ella simplemente lo ignoró y subió a su habitación. Y él, no tuvo la intención de seguirla o detenerla.

Cerró la puerta y comenzó a sacar algo de ropa de su armario, metiéndola en una mochila y algunas cosas necesarias para ella, también dejándolas en la mochila.