26.

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Sunhye y Sooyoung se encontraban en un parque, viendo el hermoso lago de enfrente, a Sunhye le encantaba ese lugar.

Habían ido a dicho lugar, después de que Sooyoung alejara a Sunhye de su novio, luego de que terminó el fabuloso partido que habían presenciado.

— Sooyoung –le habló la castaña a su amiga–. ¿Qué querías decirme?

— Sunhye... Tú.... ¿Estás segura del tipo de amigas que tienes? –preguntó de la nada la chica–.

— ¿Qué? ¿De qué hablas? –dijo confundida la castaña–.

— JaeIn.

— ¿Qué tiene JaeIn?

— Solo... Ten cuidado con ella, siento que aparenta ser alguien que no es.

— ¿Qué? –contestó la castaña aún confundida–.

— Muy bien, me tengo que ir, nos vemos mañana.

Sooyoung se despidió y se fue de ahí rápidamente, dejando a Sunhye demasiado confundida ¿Qué quería decir Sooyoung? Ella no lo sabía.

Pasó el rato, Sunhye admiró el lindo paisaje que tenía a su vista, tomó unas cuantas fotografías con su celular, compró un helado sabor vainilla, su favorito, y finalmente tomó un autobús en dirección a su hogar.

Mientras iba en el autobús, su madre la llamó por teléfono, era extraño, ella nunca la llamaba después de clases, a no ser que fuera algo importante.,

— Aló.

Sunhye, hija ¿Dónde estás? –preguntó la madre–.

En el autobús camino a casa –contestó ella a través del celular–.

Bien, apresurate por favor, acabo de salir de casa, dejé a Yejun allí, no lo pude traer conmigo y Yangmi está cuidando a un pariente de ella, así que no pudo ir a cuidar a Yejun.

Está bien, ya casi llego.

Bueno, nos vemos en la cena, adiós.

La mayor colgó y Sunhye solo rogaba que el autobús fuera más rápido. Finalmente después de unos cuantos minutos, llegó a su dulce hogar y al entrar, su pequeño hermano se abalanzó sobre ella, recibiéndola con mucho cariño.

— ¿Qué hiciste hoy Yejunie? –preguntó la chica–.

— Lo normal –rió el pequeño y luego Sunhye–.

— Vaya, no haces muchas cosas interesantes por lo que veo –rió la castaña–.

— Mamá salió.

— Lo sé, me llamó por teléfono –dijo Sunhye–.

— ¿Podemos ver películas? –preguntó el pequeño–.

— Mmh... Déjame pensarlo.

— Por favor –dijo el menor, haciendo un puchero–.

— Está bien –sonrió ella–.

— ¡Si! –exclamó feliz Yejun–.

— ¿Cuál quieres ver? –dijo la castaña, mientras caminaba a la sala–.

— El rey león.

— Bien, entonces esa veremos –sonrió la chica–.

Sunhye puso la película, mientras Yejun iba por unas cuantas cosas de comer a la cocina. Sunhye trajo un par de mantas y ambos se acomodaron en el sofá a ver la película que habían escogido.

Todo por una Apuesta | Hwang Hyunjin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora