Viajes

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Me desperté pensando en el día anterior y deseando vengarme de Carolina. Sin embargo ese no sería un día tan perfecto como yo imaginaba. Mamá me despertó muy emocionada por alguna razón, no sé porqué. Subimos al auto y me enteré de la razón. Iba a ir a ver a un nuevo psicólogo. Uf...

Llegamos al psicólogo. El edificio es sombrío y no muy lindo. Mamá llama a la puerta del consultorio del hombre y esperamos. Susurra emocionada:

-Un nuevo psicólogo es un un nuevo comienzo.

¡Puf! Eso sonó tan cursi... De golpe suena mi celular.

La pantalla dice "Lisa".

-¿Hola?

-Sí Em, soy yo.

-Hola! Pasó algo?

-No, pero te quería decir que en una semana me voy de viaje al Caribe y te quería invitar. Yo pago el pasaje. Lo haré con el dinero de la lotería.

-Pero Lise, la semana que viene no es el recital de Miley Cyrus?

-Sí, pero nosotras volveríamos un día antes del concierto, en avión, por lo que podríamos ir sin problemas.

-Ok! Entonces voy encantada! Total ya estamos en vacaciones!

-Te llamo a la tarde, dale?

-Ok!

¡¡¡¡¡SIIIIII!!!!!

-¿Era Lisa?-pregunta mamá-.

-Sí. Me quiere invitar a pasar dos días en el Caribe. Puedo ir, no?

-No sé...

-¡Mamá! Ya tengo diecisiete años y ella paga mi pasaje. ¿Porqué no podría ir?

-Es que la semana que viene es la semana de la familia... Y pensaba que podíamos irnos los tres a California.

-¿¡A California!? ¿¡Y para que quiero ir a California?!

Antes de que mamá pudiera contestarme, el psicólogo abrió la puerta. Tenía una voz grave y que daba miedo. Si se supone que tengo que confiar en esta persona eligieron muy mal porque lo único que me animaría a contarle es lo que desayuné esta mañana...

-¿Tú eres Emma?

-Sí, que yo sepa sí...

Yo ya estaba de mal humor por lo de California.

-Ahhh.... Pase Emma.

Mamá quedó en la sala de espera.

-¿Tienes mejor amiga?

-Sí.

-¿Es de tu misma edad?

-Sí.

-Ah...

Anota algo en su libretita.

-¿Cuánto tienen?

-Diecisiete.

-Bueno, terminamos por hoy. Las sesiones se irán haciendo más largas a través del transcurso del tiempo.

Estaba loco y encima estaba estafando a mi madre, cobrándole no se cuántos euros por cinco minutos de conversación estúpida. Más tarde se lo dije a mamá. Igual no me hizo caso y sigue insistiendo en que esas sesiones son muy útiles... Para aburrirse, según lo que yo pienso. En el auto volví al tema del viaje.

-Mamá, a mí no me interesa viajar a California.

-Es que así descubrís nuevos paisajes, nuevas culturas, nueva gente...

-Puedo hacer eso mismo en el Caribe. Hasta hay colonias indias, creo.

-Sí... Pero qué mejor que un viaje en familia?

-Un viaje con Lisa.

-Está bien, pero sólo te dejo ir con una condición.

-¿Cuál?-temblé-.

-Vas a sacar muchas fotos para mí.

Suspiré aliviada.

-¡Obvio! Te prometo que te voy a traer un centenar de fotos.

La abracé tan fuerte que casi la hago chocar. Ella se rió y empezó a zigzaguear con el auto en una calle donde no había nadie, puedo asegurar que fue muy divertido.

-Hace mucho que no te veía reírte así. Se ve que el viaje te entusiasma.

-Sí, y yo hace mucho tiempo que no veo el mundo tan precioso como lo veo ahora.

La vida de EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora