Cuando nos levantamos la mañana siguiente hicimos el recuento de días: nos quedaba este día, mañana, y pasado mañana nos volvíamos. Nos costó bastante elegir lo que haríamos como actividades el día de hoy. Al final optamos por algo bastante tranquilo, y dejaríamos para mañana las cosas más requerientes de energía. Desayunaríamos en el hotel para salir a comprar al centro comercial más cercano, y de paso compraríamos cosas para llevar a los familiares y amigos. Luego almorzaríamos en el mismo centro comercial y emprenderíamos el regreso al hotel. Nos ducharíamos, nos cambiaríamos la ropa y nos quedaríamos nadando en el mar y tomando sol hasta las ocho y media, cuando empezara a oscurecer. Luego decidiríamos que hacer.
-Lisa, pásame el vestido floreado que está en la silla.
Ese era mi vestido preferido para días de sol. Me lo puse y bajamos a desayunar. Había tostadas con mermelada y té, o limonada con galletas. Optamos por la segunda opción. La primera nos pareció un poco invernal.
Cuando llegamos al centro comercial se nos armó un gran lío. Era enorme.
-Lise, ¿hacia dónde vamos?
-No tengo idea... Comencemos a caminar y si nos perdemos pedimos ayuda.
-Sinceramente, todavía no empecé a caminar y ya estoy perdida... ¿Este es el momento de pedir ayuda?
Comenzamos a reírnos y empezamos a caminar, ya algo más relajadas. La primera tienda que vimos era de bijouterie. Entramos. Había un montón de cosas. Compramos un collar de plata para mamá, otro igual para la madre de Lisa, dos collares de plata bañada en oro para nosotras, y en total gastamos €150. Era mucha plata, pero las cosas eran muy buenas y lo único que no nos faltaba era plata. Luego entramos a un negocio de trajes de baño. Yo me compré un bikini negro con decoraciones en dorado, y Lisa compró uno color beige con volados. Para ahorrarles tiempo voy a decir que al final volvimos a casa con lo que saben que compramos más un vestido floreado para cada una y dos pares de ojotas, un par para cada una, cabe aclarar. Llegamos cansadas pero con la panza llena. Habíamos almorzado cosas riquísimas de las que no me acuerdo el nombre... Apenas entramos en la habitación nos duchamos, pusimos los trajes de baño y bajamos al mar. La pasamos genial. Nadamos la mitad de la tarde y tomamos sol la otra mitad. Nunca la pasé tan bien en mi vida. Saqué un montón de fotos para mamá, que las había pedido. En el hotel se las mandé por correo electrónico.

ESTÁS LEYENDO
La vida de Emma
NonfiksiEmma es una chica de diecisiete años que tiene una vida estresante. Junto a su amiga Lisa va a descubrir la belleza del mundo. Un libro para los que quieran leer acerca de la vida. Portada hecha por ViktoriaFili