Miley Cyrus

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Me levanté total y completamente emocionada. ¡Por fin el recital! Me vestí a la velocidad de la luz, ya que el concierto era a las seis de la tarde y yo me había despertado a la una de la tarde nada más que para tener las energías ultra llenas. Llamé a Lisa para preguntarle que ponerme.

-¿Li? ¿Estás ahí?

-¡SÍIIII! ¡No puedo más de la emoción y sigo en pijama! Me acabo de levantar...

-¡Yo también! Justo te llamaba para preguntarte qué ponerme.

-¿Cómo eres capaz de dudar? ¡Sin dudas te pondrás el vestido que usaste para el cumpleaños de quince de tu prima!

-De acuerdo... Pero con una condición. Tú te pondrás el vestido de mi cumpleaños de quince.

-¡OK! ¡Te veo a la tarde en casa!

Cortamos. Lisa estaba tan emocionada como yo. Bajé a desayunar y me quedé cuatro horas peinándome, vistiéndome y maquillándome. Al final se hicieron las cinco de la tarde. Partí toda emocionada hacia la casa de Lisa. Toqué el timbre y ella misma me abrió la puerta.

-Lise, ¡estás PRECIOSA!

-Gracias... Tú también, siempre dije que ese vestido te iba a las mil maravillas.

Tomamos un taxi para ir hacia el estadio. Estábamos tan emocionadas que no pensamos en la hora. Cuando llegamos eran las seis menos cinco.

-Lise! La hora!

-¿Qué hora?

Mira su reloj.

-¡Por la barba de Santa Claus! Llegaremos tarde.

Empezamos a correr como unas desaforadas por todo el lugar, y recién nos calmamos cuando estuvimos sentadas en nuestras butacas. Nos empezamos a reír de nosotras mismas. El concierto fue una experiencia única. El ambiente creado por los fans y la música era incomparable. Volvimos a casa las dos emocionadísimas y felices. Mañana sería otro día. La amo, a Lisa.

La vida de EmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora