Capítulo diez

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Habían transcurrido dos largas y dolorosas horas en las que Lucifer podía sentir "su alma" desgarrarse con cada sollozo que salía de aquella habitación, hasta que el silencio reinó por completo. Lucifer suspiró con fuerza al sentir la calma y escuchar la respiración Nahúm ahora casi dormido.

-No puedo son esto- susurró el demonio mientras limpiaba su rostro con rudeza, completamente agotado por el dolor que le carcomía por dentro después de eones de no sentir nada.

"-Ahora debes estar contento- siseó mirando al techo deseando poder hablar con Yahveh como lo hizo en el pasado

Se levantó del sofá y caminó con lentitud hacía la habitación deteniéndose frente a la puerta y recargando la frente en la misma, deseaba entrar, podía hacerlo tan fácil como materializarse dentro pero no lo haría por mucho que lo necesitara. Con un suspiro y miedo a que se le negara la entrada todo suavemente con los nudillos.

-Pasa- susurró el joven mortal desde el otro lado con voz rasposa.

El demonio entró con calma y se sentó a su lado en la mullida cama sin atreverse a tocarle, tan sólo mirándole en un intento de memorizar hasta el último detalle de su bello rostro

-No sé qué sentir Lucifer- murmuró Nahúm sin mirarle

-Lo sé- dijo moviendo su mano lentamente y atreviéndose a pasarla por sus cabellos al no percibir el tan temido rechazo

-¿Me dejaras?- cuestionó el moreno

-Sólo si tú lo deseas...

-¡No!- exclamó poniéndose derecho y mirándole con pánico- No me dejes...

-Entonces no lo haré- aseguró tomando su rostro y secando sus lágrimas

-¿Cómo es posible que yo no te ame? ¿Qué es lo que estoy sintiendo en este momento entonces?- susurró acariciando el angelical rostro

-Amas a Renato...

-A ti también- le interrumpió

-Escúchame cariño- murmuró colocando el índice sobre sus labios- Amas a tu Goral, al alma que está atrapada dentro de mí... No puedes amar o sentirte vinculado a un alma sin un cuerpo de por medio ¿No lo crees?

-Pero...

-Tienes estos sentimientos- continuó- Pero si hubiera manera de separar su alma de mi esencia demoniaca, tú simplemente continuarías con tu plan divino con él y me dejarías de lado sin pensar un segundo en mí

Nahúm se aferró a su pecho y sollozó de nuevo con fuerza

-Te amo pequeño- susurró contra su coronillas- Estaré a tu lado tanto tiempo como tú lo quieras, sin importar lo que Yahveh o mis estúpidos hermanos tengan planeado.

Se quedaron abrazados el resto de la tarde sin decir nada, solamente llenándose de la presencia del otro y reconfortándose son sus respiraciones en perfecta sincronía hasta que el enfermero cayó vencido ante el sueño. La luz crepuscular se filtraba por la ventana bañándoles con su suave calor y mientras los últimos rayos de sol descendían en el horizonte Nahúm suspiró con más fuerza, sin embargo aquellos momentos que tanto necesitaban para reafirmar su amor se vieron interrumpidos por el cruel destino, pues con una última suave respiración la vida de Nahúm terminó

-No... no puede ser, no- dijo Lucifer sin poder creerlo, sintiendo como los hilos del alma del joven se cortaban de tajo sin darle si quiera tiempo de internar retenerlos- Nahúm... Nahúm...

-Lo lamento- susurró una suave voz en la esquina de la habitación mientras un suave halo de color azul se manifestaba dejando ver a Azrael

-Lo sabías- siseó el caído molesto, su voz destilando rabia mientras sostenía el inerte cuerpo de su pareja- Pudiste advertirme...

Goral (גורל)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora