Capítulo Extra: "Liad"

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PARÍS, FRANCIA. AÑO 2580

Si algo hacía sentirse orgulloso a Liad De LaForet era su capacidad de crear mundos enteros a partir de un simple sueño. Desde niño tuvo una imaginación que maravillaba a sus padres y profesores, así que no fue sorpresa para nadie cuando decidió convertirse en escritor. Lo que nadie sabía era que desde los seis años tenía aquel sueño recurrente en el que él no era él y un día se enamoraba de un ángel caído y que ese sueño fue el que le inspiró a escribir su ahora exitosa trilogía.

Una tarde de noviembre Liad caminaba por las apacibles calles de Saint Germain Des Prés después de la junta semanal en la editorial, después del éxito de su último libro su editor Alphonse insistía en "forzar su imaginación" para sacar algo lo más pronto posible, con un suave suspiro decidió ir a su café favorito para aclarar sus ideas.

Después de una breve caminata y una ligera charla con el jefe de camareros Gastón, entró en el Café de Flore como tantas veces antes, sin embargo esta vez algo fue diferente cuando lo vio a él. Comenzó a respirar rápidamente y sus manos sudaban mientras analizaba al hombre que tomaba café y leía a unas mesas de distancia: cabello negro como la noche, piel blanca y sedosa, un rostro que parecía tallado por los dioses y una barba negra delineando perfectamente sus mejillas, todo coronado por un par de ojos negros cual pozos profundos. El hombre al sentirse observado levantó la vista y sus ojos se conectaron con los de Liad, ahí estaba un ligero brillo color granate en aquellos ojos y el joven escritor salió casi corriendo del café: Ese hombre era el ángel con el que soñaba.

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A Lucifer le tomó casi seis meses poder acercarse a Liad después de aquella tarde en el Café de Flore. Tenía que controlar sus ansias por abrazarle y besarle pero era difícil ver aquellos ojos chocolate que tanto amaba y que el hombre saliera corriendo como alma que lleva el diablo, sin embargo por fin, ayer por la tarde logró hablarle y aceptó tomar un café con él, ahora le esperaba en el Café.

-Hola- susurró el castaño sacándole de su lectura

-Hola- contestó Lucifer poniéndose de pie con una radiante sonrisa al verle frente a él- Toma asiento...

-Gracias- susurró el castaño aun cohibido mientras se sentaba

-Te agradezco por aceptar mi invitación Liad- susurró el mayor sentándose también

-¿Cómo sabes mi nombre?

-Se lo pregunté a Gastón- contestó con una suave sonrisa-Fue bastante difícil hacer que me ayudara

-¿Por qué siento que ya te conozco?- cuestionó el hombre mirándole fijamente

-No lo sé, vidas anteriores tal vez...

-Tal vez... Lucifer- le interrumpió dejando al demonio con una duda que no resolvería hasta dos años después.

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Dolor, dolor es todo lo que podía sentir, sus manos temblaban sin control, estaba seguro que tenía las costillas rotas, su piel estaba hecha jirones y su garganta desgarrada por tanto gritar. Tuvo un "juicio" justo y después fue arrastrado por la plaza pública hacía la gran hoguera mientras luchaba con uñas y dientes para salvarse

-¡Por favor! ¡Por favor no!- gritaba desesperado pateando al aire mientras lo ataban al poste y el pueblo entero gritaba exigiendo su muerte

-Nahúm Valencia- gritó el inquisidor- haz sido acusado de los crímenes de herejía y brujería

-¡No soy brujo!- gritó con desesperación- ¡Yo le salvé la vida al niño! ¡Es ciencia! ¡Medicina! ¡No es ninguna magia!

-Os han condenado a morir por fuego para purificar su alma de todo mal- sentenciaron y las antorchas fueron arrojadas a la hoguera

-¡No! ¡Por favooooooor! ¡Nooooo! ¡Aaaghhhh! ¡NOOOOOOOOOOOOOOOO!

El fuego lo consumía todo, su piel ardía como el infierno, antes de que el dolor lo desvaneciera todo, su último pensamiento fue de alegría porque su Renato ya no estaba aquí para vivir esto.

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-¡No!- gritó Liad al despertar

-Shhhhh- susurró Lucifer acunándolo entre sus brazos- fue sólo un sueño amor...

-No- sollozó con fuerza- no lo fue...

-Cariño...

-Me mentiste- acusó el otro contra su pecho

-¿De qué hablas Liad?

-Sé quién eres- sollozó de nuevo- y sé quién soy...

-Cariño no te entiendo...

-Mi nombre fue Nahúm- susurró con dolor en la voz- y tú fuiste Renato... o por lo menos lo fue una parte de ti

-Yo...- Lucifer se quedó sin palabras

-He vivido muchas veces y es muy confuso- susurró con voz entrecortada- pero recuerdo tres vidas a lado de Lucifer, en la primera de ellas tú tomaste el lugar de Renato...

-No deberías recordar nada de eso- murmuró el demonio con temor

-Toda mi vida he tenido estos sueños, pero nunca entendí porque- sollozó abrazándole con más fuerza- Pero acabo de tener el más horrible de todos y todo encajó

-No podía decirte nada- Lucifer tomó el rostro y limpió el rastro de lágrimas- No deberías saberlo...

-¿Pensabas mentirme toda la vida?

-Te merecías una vida feliz y normal. He tratado de darte la mejor de las existencias sin que mi naturaleza intervenga en ello

-¿Por cuánto tiempo lo has hecho?- cuestionó con voz estrangulada

-Mucho, pero nada comparado al tiempo que he tenido que esperar por ti- confesó- La primera vez fueron sesenta años y la segunda cuarenta y uno...

-¡Oh Lu! Pobre de ti ¿Cómo lo has soportado?

-Porque te amo- susurró dejando correr su llanto libremente- Dos años o sesenta, los tomaré feliz mientras estemos juntos

-Lucifer...

-No me dejes, por favor

-Nunca- susurró tomando su rostro- Siempre regresaré a ti

Y así con un suave beso y dulces caricias su promesa fue sellada.

Goral (גורל)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora