Capítulo ocho

13 2 0
                                    

Durante meses Lucifer y Nahúm lograron salir adelante, el joven mortal poco a poco aprendió a lidiar con los inconvenientes de ser Goral de un demonio, Nahúm no mentiría diciendo que era más fácil, pues su vida se dividía entre la "normalidad" y Lucifer, entre su familia y continuar su discreto luto entre Renato sin embargo todo pesar valía completamente la pena en los momentos que lograban estar solos.

La depresión seguía ahí pero se esmeraba, hacía todo lo posible con su terapeuta para mantenerla a raya y continuar con su día a día, había momentos en los que incluso parecía que podría superarla y su vida a lado de Lucifer sería perfecta... No tenía ni idea de lo que les esperaba.

**********************************************************************************************

Junio 25 llegó y hoy Nahúm cumpliría 26 años y si bien la edad no era nada para los ángeles o demonios, Lucifer creía tener el deber de celebrar la vida de su amado Goral.

-Feliz cumpleaños, enano- susurró contra su frente al despertarle, el joven se removió con pereza entre sus brazos

-Buenos días Lu...- bostezó suavemente

-Debes ir al trabajo... Te tengo una sorpresa para la tarde

Ambos se levantaron de la cama para iniciar el día.

**********************************************************************************************

Azrael llegó al plano terrenal con Remiel quien observaba el cielo con ceño fruncido

-¿Qué sucede hermano? – cuestionó el ángel de la muerte

-No entiendo por qué padre decidió esperar hasta hoy para intervenir...

-No vamos a intervenir- le corrigió

-Para hablar entonces- susurró con acidez el moreno

-Creo que estaba intentado remediarlo, al no lograrlo no le queda más que decirlo- dijo con parsimonia

-En ese caso... Llámalo...

**********************************************************************************************

Lucifer se encontraba en el departamento de su amado, colocó sobre la mesa la comida y postres que había llevado directo de Italia, acomodó la mantelería y vajillas antes de dar un suave suspiro. Esto no era normal en él pero Nahúm valía el esfuerzo, sabía que no podía seguir haciendo que el joven viviera dividido entre dos mundos.

Se alejó de la mesa y se detuvo frente al espejo en la sala aun sorprendido por su propio reflejo, hacia eones que no se veía así: Piel clara como la nieve, un rostro suave y perfectamente perfilado adornado por una suave y bien recortada barba tan negra como sus ojos y cabello; este era él, y era el regalo que le haría a su Goral esta noche, su verdadera forma física, una que les permitiría tener una vida pública juntos, no le importaría tener que vivir fingiendo ser un humano y "envejecer" con gusto lo haría, sólo por Nahúm...

Seguía reflexionando sobre ello cuando sintió el tirón en su esencia demoniaca, estaba siendo invocado e intentó resistirse con todas sus fuerzas, pero la llamada era poderosa

-Maldita sea- gruñó viendo la hora, sabía que Nahúm no tardaría en llegar así que tomo papel y pluma de la mesita de té y escribió un corto mensaje antes de desaparecer.

Azazel y Remiel en sus formas físicas esperaban en aquel prado ventoso, delante de ellos surgió la bruma negra y el peculiar olor a azufre, entonces se manifestó el demonio al cual esperaban

-¿Qué carajos quieren?- rugió Lucifer irguiéndose de nuevo en su forma demoniaca con orgullo y con gran molestia al notar quienes le habían invocado

-Lo lamento, pero es algo importante- dijo Azrael con voz calma

-Meses sin molestar y ahora...

-Escucha- le interrumpió Remiel- Padre nos envió porque debes saber la verdad

-¿Cuál verdad?- gruñó

-Nahúm no es tu Goral- le dijo sin miramientos

-¿De nuevo con eso?

-Escúchanos, por favor- intervino Azrael- Hiciste algo que se creía imposible, Padre intentó solucionarlo pero no lo ha logrado...

-No pienso perder mi tiempo con ustedes- gruñó molesto y les dio la espalda

-¡No destruiste el alma de Renato!- exclamó el otro arcángel llamando su atención

-¿Qué dijiste?

-Su alma no ardió cuando la tocaste...

-Sé lo que vi

-No la destruiste, la absorbiste- sentenció- No eres el mismo de antes y lo sabes

-¿Cómo?- cuestiono el demonio aun sin entender

-Un mortal te entregó su alma voluntariamente para salvar a su Goral en el momento exacto de su muerte, algo que nunca antes había sucedido

-Entonces él...

-Su alma esta mezclada con tu esencia demoniaca...

Lucifer soltó el aire con fuerza y sintió frío, una parte de él se negaba a creer pero la otra lo sabía perfectamente, ahora todo cobraba sentido.

Goral (גורל)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora