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  Los dos se encontraban en la cama de Jeongin arrecostados, el menor siendo fuertemente aprisionado en los brazos de Chan mientras le acariciaba la espalda y trataba de calmar su llanto.

 Cuando Jeongin calmó su llanto y su respiración se sentía más calmada, Chan habló.

 -Mejor?

 -Si..

 -Quieres contarme?

 Jeongin solo vio los ojos del más grande llenos de brillo con un toque de preocupación pero también le inspiraba tanta seguridad que no lo dudó y no se negó ante su pedido.

 -Yo.. No soy para nada lo que aparento ser..- sus ojos se le llenaron de lágrimas pero aún así, siguió- y-yo.. nunca tuve nada hyung- su voz se oía entrecortada- yo nunca tuve color Channie, no tuve nada, ni nadie, aún teniéndolo todo.. nada..

 -Suéltalo todo bebé, acá estoy..

 Él le seguía dando caricias y un abrazo que no había soltado desde ya hace varias horas y tampoco sentía ganas de hacerlo, Jeongin era tan abrazable, pensaba.

 -Gracias hyung..

 -Y eso porque?

 Con una pequeña sonrisa Jeongin contestó.

 -Por ser mi sol, por darme color y enseñarme que puedo darlo.

 -Tu fuiste el mío desde que me diste tu primera hermosa y sincera sonrisa.

  Los dos se miraban fijamente, estaban tan cerca, veían el brillo y el amor en los ojos del otro, veían sinceridad, fuerza, lealtad, cariño y miles de colores que ninguno pensaba que podían existir, veían tanto el uno en el otro que solo bastó una pequeña cercanía para que sus labios se unieran y juntos experimentaran la más hermosa sensación que haya tenido en su corta vida, era algo tan lindo, tan hermoso, tan dulce, se sentían como si los labios del otro fuera la parte que siempre les faltó y que ahora los completaba.

 Esa noche ambos con las mejillas sonrojadas y palabras desde el corazón, confesaron su pequeño y colorido amor.

amarillo 'CHANINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora