9

318 47 2
                                    

 También así como las cosas buenas llegan, terminan.

 O a veces se complican.

 Jeongin ardía en rabia.

 Sus padres, los que jamás en su vida se preocuparon por su hijo, los que jamás preguntaron un "¿cómo estás?" "¿quieres un abrazo?", los que jamás le dieron un consejo, los que solo verificaran que estuviera vivo, los que nunca le enseñaron a dar las gracias, un permiso o por favor, los que a todo lo arreglaban con dinero estaban ahí paraditos en la puerta de su habitación.

  -Con que homosexual y con el vecino eh?-. decía su padre, el que nunca jugó 5 minutos con él.

  -Jeongin, estas confundido, se te va a pasar hijo-. decía su madre, la que jamás fue a dejarlo al colegio ni mucho menos despedirlo con un beso.

  Jeongin solo se mordía la lengua, no el no iba a caer tan bajo, no iba a perder.

  -Mejor que te olvides de esto, sabes que es algo no bien visto.

 Así como llegaron cerraron la puerta y se retiraron haciendo sonar sus zapatos de miles y esos tacos de unos cuantos más.

 No, esta vez no, Jeongin no lloró, solo se acostó, el ya sabía que hacer y por nada en el mundo se iba a rendir.

amarillo 'CHANINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora