amarillo 'CHANIN

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  Luego de ese maravilloso primer beso de Jeongin vino otro, otro y muchos más...

  Los labios del rubio eran increíblemente adictivos, para el menor era la mejor cosa que había probado jamás, incluso mejor que el flan que le preparaba su abuela cuando era pequeño y aún vivía...

  Mejor que sentarse en el césped de su patio en un día soleado.

  Mejor que todos y cada uno de los juegos que poseía en su habitación.

  Mejor que todos los viajes y lugares que haya conocido.

  Mejor que toda su casa, ropa y lujos que tenía.

  Juró que nada de lo que poseía en su vida se comparaba a los besos que Chan le daba, todos y cada uno eran tan especiales, demasiado.

  Porque en cada uno de esos besos se transmitía amor, calidez, dulzura, compañía, seguridad, alegría y miles de sentimientos más que nunca pensó que podría sentir.

  Chan le hacía sentir todo eso y más.

  Chan le dió color a su vida.

  Chan le hizo ver las cosas de otra forma y se sentía tan bien..

  -Innie.. bebé, sabes que amo besarte pero tengo que ir a entregar un trabajo si?- otro beso más.

  -Uno más y te dejo libre si?- otro beso más.

  -Está bien..- otro beso más.

  -Yeehaw- otro beso más.

  Un beso más largo.

  -Sabes que en este ratito fueron más de 5 besos no?- otro beso más.

  -Ahora si, ve Channie, yo te espero- le regalaba una sonrisa tan grande que el mayor no pudo controlarse y fue otro beso más.

  Para Chan no había dicha más grande que ver sonreír a Jeongin, ese chico en poco tiempo se volvió en su perdición, su debilidad y lo quería tanto..

  Queria solo amarlo y protegerlo de todo, darle todo el amor y el cariño que se merece, porque detrás de la mascarita que tenía descubrió a un ser lleno de luz y de entusiasmo, quería verlo siempre feliz y con ganas de hacer todo, de vivir, verlo bien, y haría todo lo posible e imposible para lograrlo.

  Jeongin era su tesoro más preciado y el lo iba a cuidar con su vida.