Quizás hoy vuelvan siendo botineras.

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Me levanté re contenta, hoy voy a ir a la cancha de Boca y posiblemente conozca a los jugadores ya que el padre de una amiga trabaja ahí.

Me bañé, me vestí con un short tiro alto y la hermosa remera de mi club preferido.

Desde que tengo uso de razón soy de boca y con el pasar de los años empezó a apasionarme el fútbol. Luego de maquillarme y plancharme el pelo, mi mamá me llamó para desayunar.

Preparó unas riquísimas tostadas con queso y leche chocolatada.

Teníamos que ir temprano, porque Guillermo, el padre de mi amiga Sol, debía hacer unas cosas ,respecto a la contaduría, que llevan bastante tiempo, así que mientras él hacía eso, Sol y yo visitaríamos a los jugadores.

Después de dos horas aproximadamente, Guillermo y Sol estaban afuera de casa.

Los saludé y partimos hacía la cancha. Mi amiga estaba perdidamente enamorada de Orión y no deja de hablar de él y yo estoy más que enamorada de Fernando Gago. Durante el viaje no parábamos de hablar de ellos, llegamos a tal punto de hartar a Guille, que nos hizo callar mientras se reía.

Durante el viaje no paraba de pensar en que podría llegar a verlo y eso me producía muchos nervios.

No sé en que momento, pero la voz del padre de mi amiga me despertó:

Vamos chicas, despiertense, ya llegamos- en que momento me quedé dormida, me autopregunté- quizás hoy vuelvan a casa siendo botineras- bromeó.

Al escuchar que llegamos, las dos salimos rápidamente del auto y nos sonreímos tomándonos las manos.

Perdón si es muy corto, prometo hacer más elaborado el próximo capítulo, es la primera vez que escribo una novela y como que me cuesta bastante. Comenten, acepto todo tipos de críticas. Gracias por leer.

El chico de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora