Habían pasado dos semanas desde que hice la prueba para la universidad, y estaba de los nervios, preguntándome si tantas horas en mi casa estudiando, estresada por todos los exámenes y por las notas a las que quería llegar darían resultado, o no.
Hoy se publicaban los resultados, y me parecía hasta cómico que mi futuro dependiese solo de unos exámenes después de haber estado dos años estudiando todos los días, para alcanzar la máxima nota y así cumplir mi sueño de estudiar derecho y criminología.
Siempre me había atraído el derecho, pero investigando un poco descubrí ese doble grado y no pude no enamorarme al instante de ello, y hoy se decidiría si podría hacerlo o no.
Al ver que no podía parar de pensar decido coger mi teléfono y llamar a Sofía, ella era mi mejor amiga y tenía una manera muy efectiva de relajarme.
- No puedo más, estoy demasiado nerviosa;N
- Anda que yo, te recuerdo que yo quiero estudiar medicina, y encima has tenido que elegir Madrid para que estudiemos, no había una nota más fácil que conseguir que esa ¿no?; S
- Coño no te pongas así, siempre hemos querido salir de aquí y que mejor manera es yéndonos a Madrid, allí solo seremos dos personas más, nadie nos conocerá, lo que siempre hemos deseado; N
- Ya... Y para decirme que estas de los nervios me llamas, eso ya lo sabía, ¿O quieres algo más?; S
- Claro que quiero algo más, vente a mi casa y tráete un poco de maría, creo que es lo único capaz de relajarnos en estos momentos, y si no nos da la nota no nos sentará tan mal; N
- En diez minutos voy para allí, espero que tengas chocolate; S
No solíamos fumar mucho, pero cuando entramos a segundo bachiller vivíamos en un estrés constante y un día nuestros amigos nos ofrecieron y descubrimos una manera rápida de relajarnos y cuando estábamos que no podíamos más, lo hacíamos.
Mientras que llegaba Sofía me pongo a recoger un poco mi cuarto, o mi leonera como dice mi madre, nunca he sido una persona muy ordenada, y como suelo decir en mi desorden está mi orden, mi pobre madre intentaba a veces ordenármelo, pero luego le estaba preguntando donde había puesto todo ya que no lo encontraba, haciendo que peleáramos, yo porque no encontraba nada y o lo quería o lo necesitaba y ella porque encima que se molestaba a ayudarme le recriminaba donde estaban las cosas.
Cuando estoy bajando la ropa sucia al sótano donde tenemos la lavadora, suena el timbre rápido suelto la ropa abajo y subo para abrirle a Sofía. Estoy sola en casa, mi madre está trabajando ella es médico, y mis hermanos están en el instituto.
- La primera vez que llegas rápido a algún sitio idiota; N
- Cállate subnormal, a que me voy por donde he venido y te quedas con tus nervios y paranoias, aquí solita; S
- Entra anda; N
- Así me gusta; S
Rápido subimos a mi cuarto abrimos las ventanas, ya que no quería que el olor se quedara en mi cuarto y dejamos la puerta abierta de esta y nos sentamos en mi cama, junto con el cenicero.
- He traído bastante para que nos podamos fumar un par cada una, quiero colocarme bien, estoy harta del estrés y de la presión que llevamos estos días encima; S
- Perfecto, yo estoy igual, estos días no estamos haciendo nada, pero la espera me come por dentro, y pensar que hoy lo vamos a saber, me da miedo que me quede sin mi sueño por unas décimas de mierda; N
- No tenemos que preocuparnos más de las cosas, lo que sea será y si no es en Madrid vamos a otro sitio, lo importante es que nos vamos a ir de este pueblucho de mierda y lo vamos a hacer juntas, como llevamos años queriendo; S
- Sabes que te quiero ¿no?; N
- Claro que lo se idiota, siempre hemos estado juntas tanto en lo bueno como en lo malo y así a seguir siendo las cosas siempre; S
- Vamos a dejarnos de tanta palabrarería y a fumar, que quiero poder reírme de tu cara de mierda sin que te enfades; N
- Vete a la mierda, S
Nos pusimos a liarnos los porros, cuando lo termino de liar me levanto de mi cama, y abro una de mis mochilas donde suelo guardar tanto los cigarrillos como los mecheros, no solo fumo maría de tanto en tanto, sino que también fumo tabaco, sé que nada de lo que hago es bueno para mi salud, pero cuando estas al borde de un ataque de nervios, ver el humo, o sentir gracias a los porros como cualquier presión de mi cuerpo desaparece es lo único que necesito.
Una vez lo tengo vuelvo a la cama, y lo enciendo, dándole una larga calada, haciendo que después de todo el día pueda sonreír, le paso el mechero a Sofía y ella hace lo mismo con el suyo.
- Ya se te ha quitado la cara de mierda con la que llevas desde que llegué, no habías probado a fumarte un cigarro a ver si te relajabas; S
- Claro que lo he hecho, pero no lo he conseguido; le digo mientras le señalo el cenicero con las múltiples de colillas, de los cigarrillos que me había fumado esta mañana.
- La verdad es que hoy es difícil, pero creo que con esto lo conseguiremos; S
Seguimos hablando, mientras que notábamos como el porro nos empezaba a hacer efecto, nuestra conversación se volvía más desbariante con cada calada que dábamos, haciendo que nos entrara la risa con las cosas de la otra.
Cuando nos terminamos el primero, nos hicimos otro, haciendo que no paráramos de reírnos con cualquier tontería, siendo imposible mantener una conversación medianamente seria, cuando terminamos, puse el cenicero encima de la mesa y nos tumbamos en mi cama, mientras que nos miramos fijamente con una sonrisa en nuestras caras, haciendo que otra vez no podamos aguantar la risa. Estamos un rato así hasta:
- Tengo hambre, voy a asaltarte la cocina; S
- Voy contigo tengo mucha hambre; N
Nos bajamos de mi cama e intentamos mantener el equilibrio, la verdad es que los habíamos cargado bastante, y encima nos los habíamos fumado muy seguidos, haciendo que ahora nos encontrásemos con un colocón importante, pero a decir la verdad nada nuevo.
Una vez logramos salir de mi cuarto nos damos cuenta, que bajar las escaleras va a ser imposible, por lo que decidimos sentarnos en ellas y bajarlas de culo, lo hacemos poco a poco intentando no caernos de cabeza y matarnos, una vez abajo nos ponemos de pie con algo de dificultad y nos dirigimos a la cocina con paso tambaleante.
Una vez allí cogemos lo que nos apetece, chocolate, palmeras, galletas, lacasitos, cualquier cosa que fuese dulce y pasase ante nuestros ojos, cuando terminamos al no cabernos ni un dulce más y con el colocón un poco bajado, Sofía mira la hora.
- TIAAA, QUE SON LAS UNA; S
- QUE COÑO, ¿YA?; N
Y lo más rápido que podemos nos abalanzamos sobre nuestros móviles, ya han subido las notas, la verdad es que no me encontraba nerviosa en absoluto, siendo seguramente por lo que me había fumado, una vez que puedo acceder a ellas y las veo, no me las puedo creer, el tiempo se para y parece que dejo de respirar, no me lo podía creer, todo lo que me había esforzado, tantas horas estudiando sin descansar, tenían este resultado.
La tenía, tenía la notanecesaria y más. Iba a poder irme, iba a poder ser feliz de una vez.
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Tu y yo una historia inacabada
FanfictionNatalia arrastra un triste pasado, cuando conoce a Alba. ¿le creará más problemas? ¿o le dará la solución de todos ellos?