Parte 11.

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No sabía si irme o quedarme, la mancha de ropa era grande, y no me gustaba andar así rodeada de tantas personas que me pondrían ver, pero era el tercer día de clases y ya había empezado a faltar, no era mi culpa sino de la rubia enana esa, que desde el primer momento había decidido hacer mi vida un infierno más grande del que ya era.

Tengo un rato entre clase y clase y la facultad estaba bien situada en el centro así que no sería difícil encontrar una tienda donde vendieran ropa, así que decidí salir a buscar, me metí en la primera que encontré que era de adidas, y me compré una camiseta adidas negra, y volví a la universidad para ir a mi próxima clase, esta vez llegaba con el tiempo justo, pero no había mucha gente decidí sentarme y al poco noto pasos levanto mi mirada y la veo, siento como si fuera mi jodida sombra.

Veo una expresión sorprendida en su rostro, no se si de verme allí o de verme con una camiseta limpia, pero la verdad me daba igual, lo único que quería es que no se volviera a sentar más a mi lado y que se olvidara un poco de mi, pero parecía que la suerte no estaba de mi lado, porque se sentó a mi lado. otra vez.

- Veo que te has cambiado me has sorprendido y yo que pensaba que te ibas a llorar a casita.

Su manera de hablar me pareció la burla de una niña de cinco años, creo que se vio obligada a decirme algo y ni siquiera se dedicó a pensar más de un minuto el que, antes me hubiera reido en su cara pero ahora no teía ganas.

Tengo que dejar de pensar en como era antes, a ¿lo mejor puedo volver a ser como era? pero que digo, sino soy capaz ni de hablar igual con mis amigos, como va a regresar esa seguridad que antes era imnata en mi ¿como?

-Voy acabar pensando que eres muda, porque nunca me respondes, a lo mejor me tengo que comunicar contigo en lenguaje de signos, a ver si así te dignas a contestarme.

No entendía porque se enfadaba tanto porque no le respondiera, que buscaba, ella solo quería humillarme, y si yo directamente bajo la cabeza se lo pongo más fácil ¿no? a lo mejor se aburría solo de meterse conmigo de manera tan fácil y necesitaba algo de riego, algo que lo hiciera más entretenido más excitante.

Cuando terminé de ahondar en mis pensamientos vi que hablaba pero no la escuchaba, en un momento sonrió, creo que en los pocos días desde que la conozco nunca la había visto sonreír así, parece hasta una sonrisa de verdad y todo.

- Eres un bicho raro, seguramente serás una ratón de biblioteca o algo por ese estilo, tan callada y con tan poca seguridad que no eres capaz ni de mirarme a la cara no, eres alguien insignificante aquí, no te he visto hablar con nadie todavía, eso de hacer amigos se te da mal eh, no te preocupes que yo me voy a asegurar que la única persona que te hable en esta maldita universidad sea yo me entiendes, nunca vas a tener amigos bicho raro nunca.

No pretendía tener amigos, yo tenía ya unos amigos maravillosos tenía a Miki así que no me hacía falta mucho más, me podría haber intentado acercar a alguien, pero de que me serviría, si al final casi todo el mundo que quiero se va o me hace daño, para que quiero más gente que puedo perder.

Vi como se ponía roja creo que pasaran de ella no lo llevaba muy bien la verdad, parecía que tenía un ego que no cabía por la puerta, a diferencia de su tamaño portatil, era una enana, le sacaba un par de cabezas, prácticamente para verla miraba hacia abajo.

Me quedé mirándola, intentado poder analizarla y así entenderla, porque era así, que le había echo ser así porque nadie nace amedrentando y torturando a los demás ¿o sí? Ya no lo se a lo mejor ella es el mismísimo demonio, y lo único que me quiere es quemar.

Cuando antes me ha llamdo rata de biblioteca y come libros me ha recordado a harry potter la verdad, no se si le habría salido natural o las habría visto, pero que hacía una chica como ella viendo esa películas las cuales dictaminaría como frikis, pero la verdad que no eran unas expresiones muy comunes.

- Deja de mirarme de una puta vez, es que tengo algo en la cara, por lo menos yo soy bella no como tu, que tu cara es una mierda, no se de donde has salido pero mínimo de una cloaca, no he visto a persona más fea en mi vida.

Era la primera vez que escuchaba esas palabras pero también que me las creía la verdad, siempre me había dicho que era muy guapa, pero ahora mi cuerpo tenía algunas marcas basnaten horribles debido al accidente, haciendo que esto fuera una de las razones por las que mi autoestima había caído en picado, pocas personas sabían de esto la verdad.

Me sentí más al escucharla y fue un acto involuntario que bajara la cabeza, apenada por las palabras que me había dicho, ella al parecer se dió cuenta, porque delicadamente subió mi rostro hasta poder observar mis ocuros ojos.

Nos quedamos mirándonos, no se cuanto tiempo estaba pasando pero me daba igual, yo no lograba descifrar su mirada, pero era algo normal, su mirada me había parecido enigmática, desde el primero momento, era complicado poder sacar algo de información de esos bellos ojos.
¿Bellos ojos? Desde cuando pensaba eso, creo que estoy empezando a desvariar, la conozco solo hace un par de días y solo me da el coñazo y yo pienso que sus ojos son bellos tócate el higo Mari trini.

En los mío no se si se podría ver tristeza, o alguna apenada emoción o si había logrado esconder mis emociones bajo una capa de indeferencia, pero por la manera que me estaba mirando algo me inddicaba que no lo había logrado.

Con el bullicio de la entrada de gente en la clase se rompío el espejismo que se había formado minutos antes, y ella dejó de mirarme con esa mirada cargada de misterio, para dar paso a emociones vistas antes en esos ojos burla.

Al poco la clase dió comienzo, podía notar su mirada en mi pero cuando me giraba a mirar ella no lo hacía, no sabía si me estaba volviendo loca o simplemente era real lo que yo sentía, pero parecía que en ningún caso lo iba a poder averiguar.

Una vez terminó las clases salí tranquilamente ella parecía esperarme, espero que no tenga nada programado para mi, porque no me apetecía comprar más ropa ese día.

Cuando salimos la estaba esperando su novio y su grupo de amigos, pude notar la mirada de su novio en mi, como me miraba con odio y burla, ella salío dos segundos más tarde y pude notar como cuchicheaban y me miraban.

No sabía que sus ideas me destrozarían.

Tu y yo una historia inacabadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora