Capítulo 8.

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Hoy empezaban las clases, y no sabía si eso era bueno, no se si estoy lista para empezar de nuevo, despues de todo lo que había pasado ahora tenía miedo.
Miedo a que las cosas no fueran como una vez imaginé, pero para que engañarnos las cosas desde un inicio ya no eran como yo pensé algún día.
Porque no estaba mi madre apoyándome en cada paso con mis hermanos, y la persona que tenía al lado no era Alicia.
Pero por ellos por mucho que estuviera en la mierda, se merecían que siguiera hacia delante, y lo voy a hacer por ellos.
Todo esto lo estaba pensando desde la cama, donde debato de si levantarme o no. No tengo  ni idea de que hora es, y no se desde cuando llevo despierta, podían ser segundos o minutos, u horas.
Cansada me levanto y voy a la habitación de Miki, donde lo veo dormir a pierna suelta, lo primero  que se me ocurre es ir a la cocina coger un vaso y llenarlo con agua fría y hecharselo, y eso es exactamente lo que voy a hacer.
Y una vez que ya vuelvo a estar delante de él con el vaso listo sonrió y se lo tiro a la cara.
Su reacción es descojonante la verdad, yo me alejo por si le da por atacarle de vuelta, y lo veo boquear como pez fuera del agua, irónico ¿no?

- HAS PERDIDO YA LA PUTA CABEZA NO; M.
-Quería refrescarte un poquito las ideas; N.

Nada más decir eso empiezo a correr con el a mis espaldas, sabía que se iba a avalanzar sobre mi si me pilla, y
no quiero eso, por lo que opto por encerrarme en el baño como una cobarde, pero una cobarde que está a salvo.
- Sal de ahí Natalia, no te voy a hacer daño;N.

Me llevan toda la vida diciendo eso, crees de verdad que me lo voy a creer está vez, vete a la mierda y siéntate que vas a durar un rato así.
- Miki no mientas ambos sabemos que si salgo me vas a hacer algo peor que tirarme un vaso de agua, y también sabemos que no voy a salir de aquí y hoy no tenemos ni un puto segundo que perder que hay que ir a clases y quiero empezar bien, así que subnormal vete a desayunar  que yo mientras me voy a duchar;N.

Lo puedo  escuchar gruñir a través de la puerta pero al final se va a la cocina mientras yo preparo las cosas para ducharme.

Una vez que me había duchado seco mi pelo un poco con la toalla decido no secarmelo lo tengo corto y no me apetece gastar tiempo en ello.

Una vez que salgo del baño voy a mi cuarto a elegir que me pongo, decido unos vaquros negros con una camiseta negra que tenía un tigre estampado en la espalda.

Una vez que me he vestido me voy a desayunar mientras lo hago noto la mirada de Miki clavada en mi espalda queriendose hacer el dolido, es un dramas la verdad.
Una vez termino de desayunar, me maquillo ligeramente y cojo mis cosas y voy en busca de Miki para ver que está haciendo.

Una vez listos los dos salimos de casa yo cojo mi moto y me voy a la Facultad una vez llegó aparco cerca, y me pongo los cascos hasta llegar a ella, mientras voy mirando el paisaje que me rodea la veo, la veo con el chico con el que estaba el otro día, van agarrados uno al otro, la verdad es que me da bastante igual, ella me parecía muy egocéntrica y gilipollas y yo no quería a nadie así cerca ahora mismo. Así que apartó mi mirada de ella y sigo mi camino espero que no esté en mi facultadad para no tener que verla, una vez llego a la Facultad me dirijo a mi clase donde ha hay algunas personas no me acerco a ningunas y me siento en una silla, la verdad es que no me atrevía a acercarme a nadie, mi antiguo yo lo haría con energía y decisión pero está versión no, pasan algunos minutos y la clase se va llenando, la profesora entra y cierra la puerta y justo cuando se va a presentar pegan a la puerta, ella se dirije a ella con mala cara y la abre.
- llega tarde señorita; P
- Perdón pero no sabía donde estaba la clase.
Y efectivamente era ella, y no me lo podía creer, espero tenerla lo más lejos posible de mi, pero cuando noto que su mirada dorada se clava en la mía,  y se dirije con decisión hacia mi se que no la voy a poder mantener lejos como yo quería, por lo menos no por ahora.
Vaya puta mierda.

Tu y yo una historia inacabadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora