U N O

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-¿Has hablado con Bang Sihyuk? -me preguntó

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-¿Has hablado con Bang Sihyuk? -me preguntó. Me giré a verle y sentí como mi frente se arrugaba ante la exasperación que él ya me había provocado.

-¿Me ves cara de haberle preguntado? -le respondí. Él puso los ojos en blanco , ante mi mala y borde respuesta.

-¿Estás con abstinencia,¿no? -me dijo, volviendo a su acción, teclear en su ordenador.

Teníamos que terminar un trabajo para nuestro jefe, Bang Sihyuk y apenas íbamos por la mitad.
Creo que ya había fumado cinco cigarrillos, la nicotina , que contiene lograba calmarme.
Park Jimin, él es de esos amigos que ya no se encontraban fácilmente.

Llevábamos viviendo juntos desde hace aproximadamente dos años.
Nos conocimos en la universidad y desde ahí hemos estado juntos.
Ahora conseguimos un empleo en el centro de Big Hit y no debemos desaprovecharlo.
-¿Podrías mover tu lindo trasero y ayudarme, ¿no? -me preguntó.

Le miré y tiré la colilla del cigarro al tacho. Me puse de pie y me acerqué a él. Miré hacia la pantalla blanca y brillante del ordenador.

-Los números del consumidor final están mal -dije apretando los dientes.

Él suspiró frustrado.

-¿Puedes hacerlo tú? No doy para más -me pidió y se levantó de la silla. Me senté y miré bien aquellos números.Comencé a hacer cuentas en mi cabeza.

¿Qué necesidad tengo de pasar por todo esto? Soy una mujer exitosa, que con sus pocos años tiene todo para ser grande en la vida. ¿Qué necesidad tengo de rebajarme a hacerle trabajitos estúpidos a un gordo que apenas puede mover los dedos de los pies de lo gordo que está?

Creo que estoy demasiado estresada.

Hace aproximadamente un mes que no tengo sexo. Básico y muy necesario para la vida. Es capaz de sacarme los dolores de cabeza más intentos. Estoy más sola que un perro.

-Terminé -le dije a mi amigo.

Jimin se incorporó del sillón y dejó a un lado el cigarrillo.

-Gracias a Dios, Carina -dijo y se acercó a mí.

Carina. Mi nombre completo es Carina Vázquez. Tengo veinticuatro años, vivo en Seoul, Corea del Sur, aunque soy Española. Soy una mujer independiente , sociable, algo testaruda, atrevida y sobre todo una mujer bastante sensual. No es que sea egocéntrica , pero todos los hombres con los que he estado me lo han dicho. El día de hoy se me cruzó por la cabeza hacer algo, algo que nunca había pensado.

Voy a venderle mi alma al diablo a cambio de tener todo en la vida o no sé bien a cambio de que.

-Jimin -le llamé.
Mi amigo pelirosa se giró a verme.

-¿Qué pasa? -me dijo. Sonreí levemente.

-¿Qué pasaría si un día decido venderle mi alma al diablo?

Jimin solo abrió sus ojos y me miró horrorizado.
Es una persona que estos temas no es que le hagan mucha gracia.

-¡Mejor te callas! -me dijo mientras me seguía mirando con esa mirada.

-¿Qué tiene de malo? -le pregunté divertida.

-Sabes lo que pienso sobre eso, prefiero tener a la parca enfrente de mí antes que el señor rojo.

Me reí por lo bajo. Me puse de pie y le miré bien.

-Pues -dije y levanté mis brazos hacia mis costados.-Le vendo mi alma al diablo por algo que no sé todavía -dije elevando mi tono de voz y añadiéndole un tono burlón.

-¡Cállate!! -me dijo fuerte.
Reí con ganas.

-Ay, Jimin, por el amor de Dios, ¿qué puede pasar? ¿Se me va a aparecer en un callejón o algo? -le pregunté divertida.

Mi amigo negó con la cabeza.

-Nunca subestimes lo que no conoces ,Carina, nunca -me dijo y se fue hacia la cocina.

-Perseguida -dije en voz baja y terminé de acomodar todo.
La noche se hizo larga.

Vivir en el centro de Seúl no es lo más recomendable para personas que sufren de ataques al corazón, ataque de asma o algún ataque.
Es muy ruidosa y peligrosa por las calles.
Vivimos en un lindo apartamento, con algunos póster de grupos que nos gustan colgados en las paredes.

[...]

Me desperté al sentir el sonido del maldito tren que pasa todas las mañanas a la misma hora. Entré al baño y me di una ducha refrescante.
Desperté a mi amigo y juntos partimos hacia el trabajo.

Estar vestida con un vestido de oficio es lo más incómodo que existe. Los zapatos los tolero, ya que se me ven lindos.

-Tengo que ir a por Jungkook, nos vemos en la oficina -me dijo y se despidió de mí con un beso en la mejilla.

Antes de continuar mi camino, decidí entrar en Starbucks a comprarme mi rico café de todas las mañas.
Los tacones de mis zapatos hacían mucho ruido en la desolada acera.
Mi corazón comenzó a latir más rápido al notar que alguien me estaba siguiendo.

Me di la vuelta. No había nadie.
Seguí mi camino, apurando mis pasos, esto no me daba buena espina.

Doblé por un callejón, creo que así cortaría camino.
Mi respiración se agitó cuando noté alguien allí.

Me di la vuelta para mirar atrás de nuevo. No había nadie.

-¡Por el amor de Dios! -dije espantada al chocarme con alguien de frente.

-¿Por qué siempre nombran a ese falso? -preguntó una voz muy grave. Me alejé un poco y le miré bien.

Completamente vestido de negro, ese hombre era un auténtico dios griego.

Sus ojos marrones eran...

¿Cómo decirlo sin sonar imbécil?

Su cabello rubio y despeinado...

-¿Y tú quien eres?

-Hola Preciosa. Me dijeron que ayer estuviste por ahí nombrándome -me hablo.

Fruncí el ceño.

Sonrió de costado y ardí completamente ante eso.

Demasiado calor hacia en ese callejón y no ayudaba mirarle.

-¿Qué?

Él se colocó un paso de mi diminuto cuerpo comparado con el suyo.

-Un gusto, soy el diablo.

¡Hola! Bueno , como sabrán esto es una adaptación, aunque yo he editado todas las faltas y cosas innecesarias  que había visto

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¡Hola! Bueno , como sabrán esto es una adaptación, aunque yo he editado todas las faltas y cosas innecesarias que había visto.
Gracias por leer y hasta la próxima.

𝐔𝐍 𝐆𝐔𝐒𝐓𝐎, 𝐒𝐎𝐘 𝐄𝐋 𝐃𝐈𝐀𝐁𝐋𝐎. Taehyung y tú. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora