D I E C I N U E V E

1.2K 113 8
                                    

Caímos en la cama, yo encima de él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Caímos en la cama, yo encima de él. Sabía exactamente en donde terminaríamos. Su respiración pasó por mi cuello, me alejé de él y me senté a horcajadas sobre su abdomen. Me miró fijo a los ojos.

- Sabes que no podemos hacer esto - le dije agitada. Se sentó y me acomodo mejor sobre él.

- Ya no hay vuelta atrás, preciosa. Ya no puedo detenerme - me dijo mientras sus manos desabrochaban mis pantalones - Ya probé tus labios. Ahora quiero probar tu cuerpo, tu vitalidad, tu fuerza. Quiero estar unido a ti.

Mordí mis labios levemente y tome su rostro con mis manos, para mirarlo fijo a los ojos. No, no había nada de malo en esto.

- Después de esto, tú habrás ganado el pacto - le dije sin dejar de acariciar su rostro.

Bajó sus manos por mis caderas, para llevarse con ellas mis pantalones. Me moví un poco para que pudiera sacarlos. Los arrojó con fuerza hacia un costado. Me volvió a acomodar sobre él. Relamí mis labios y lo miré con locura.

- ¿Por qué? - me preguntó.

- Haremos el amor, y el amor es algo bueno - dije.

Besó dulcemente mis labios. Lo empujé levemente hacia atrás para que se acostara. Acaricié su fuerte pecho. Me incliné hacia sus labios y lo besé. Gimió levemente, encendiendo el fuego en mí. Él, aun, tenía puesto los pantalones. El contacto del pantalón con mi piel me estaba matando. Necesitaba sentirlo, ya. Sus fuertes manos, se movían por mis piernas. Metí mi lengua en su boca, para saborearlo más. Comencé a bajar mis labios por su mentón. Seguí bajando por su cuello, hasta su pecho. Bajé más hasta su abdomen. Él respiraba pesadamente. Su mano acaricia mis cabellos. Toda su piel se erizó. Mordí cada firme músculo de su panza, robándole más de un gemido. Me volví a sentar para mirarlo. Bajé mis manos a la cremallera de sus pantalones. Lentamente bajé el cierre, para luego desabrochar el botón. De un solo tirón me deshice de ellos. Sonreí pervertidamente al posar mis manos sobre sus calzoncillos.

- Que extraño señor Diablo, ¿usted con calzoncillos? - le dije. Rio por lo bajo.

- Tú me los compraste, por mí yo andaría desnudo - dijo.

Tenía que quitárselos, tenía que arrancárselos. Se volvió a sentar y me tomó de la cintura para acercarme más a él. Comenzó a besarme. Gemí levemente cuando una de sus manos desabrochó mi sostén.

- Tanto te deseo, tanto - susurró contra mis labios.

Arrojó mi sostén a lo lejos. Se alejó de mí boca y bajó la cabeza para tomar uno de ellos con la misma. Gemí exaltada. Mordió levemente uno de mis pezones, mientras que mis manos se perdían en sus cabellos. Subió su lengua por mi cuello, hasta mi oreja. De nuevo comenzó a murmurarme cosas que yo no entendía. Todo mi cuerpo se derritió de placer, ante su extraño y excitante lenguaje. Su voz era tan profunda.

𝐔𝐍 𝐆𝐔𝐒𝐓𝐎, 𝐒𝐎𝐘 𝐄𝐋 𝐃𝐈𝐀𝐁𝐋𝐎. Taehyung y tú. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora