¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Por qué te fuiste así?- Preguntó.
-No, por nada. Solo necesitaba tomar un poco el aire- Contesté. Me miró fijamente a los ojos. Sus ojos se veían más llamativos ahora.
-¿Has bailado alguna vez con el Diablo a la luz de la Luna?- Preguntó. Mi corazón se aceleró.
-No...- Dije despacio.
Agarró mi mano con suavidad y entrelazó nuestros dedos. Luego posó su otra mano en mi cintura atrayéndome a él. Subí mi mano a su hombro. Besó mi frente y luego puso su nariz sobre la mía. Estaba a centímetros de sus labios.
-¿Bailas conmigo?- Preguntó.
-No hay música- Dije tratando de mantenerme en pie. Su mirada me estaba ahogando.
-Eso no es problema- Contestó.
Desde lejos una suave melodía empezó a llegar a mis oídos. Pronto el lugar se llenó de música. Mis pies se movían al ritmo de los suyos. Su mirada estaba fija en la mía. Tenía su boca a centímetros. ¡Dios mío!
-Eres tan...preciosa- Susurró en mi oído. Mordí mi labio inferior.
-¿Por qué me haces esto?- Pregunté invadida por las ganas de besarlo.
-Juro que no es mi intención.
Apoyé mi cabeza en su pecho. Escuchaba su corazón latir con calma. ¿El Diablo tiene corazón? Al parecer sí. Dejé que la música y el momento me llenaran por completo. Juro que podría pasarme horas así con él. Cerré los ojos y dejé que mis pies se movieran casi solos
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se quedó dormida. Sin ningún problema la cogí en brazos. Esta situación ya me estaba cansando. ¿Qué voy a hacer con esto? Yo soy el Diablo, tampoco puedo seguir así. Entramos a la habitación y suavemente la dejé en la cama.
-No, no te vayas- Dijo adormilada. La miré- Por favor, quédate conmigo.
Sin casi pensarlo, me acosté a su lado. Ella se acurrucó en mi pecho. Tontamente, me encontré colocando uno de mis brazos alrededor de ella. Me sentía imbécil, es solo una simple mujer ¿Qué tiene de especial?
-Tal vez, es ella- Dijo una voz muy familiar. Levanté la cabeza y busqué con la mirada.
-¿Suga?- Pregunté. De repente se apareció ante mí.
-Hola hermanito ¿Cómo estás?- Preguntó con una sonrisa traviesa.
-Ya me ves, mírame. Parezco un maldito humano- Rio por lo bajo.
-Tranquilo, te ves adorable- Dijo divertido.
-¿Cómo están las cosas por allí?- Pregunté al recordar mi casa y el resto de mis hermanos.
-Bien, por ahora puedo controlarlos. Con un fuerte grito, se quedan quietos.
-Pobres, me deben echar de menos- Dije. Él asintió levemente- ¿Qué te trae por aquí?
-Tú, tae. Me tienes preocupado. Sabes que, como todo hermano, tengo instintos- Asentí levemente- Bien, los míos están a punto de explotar. ¿Qué te pasa?
-No lo sé, Yoongi- Dije. Miré a Carina que seguía durmiendo profundamente.
-Creo que el problema es lo que está durmiendo encima tuya- Dijo mi sabio hermano.
Le miré extrañado. ¿A qué se refería con eso? Se acercó un poco más a la cama, en donde me encontraba acostado con una mujer en mis brazos. Suga clavó la mirada en Carina provocando que se moviera un poco.
-Es ella, hermano.
-¿Eh?- Dije sin entender.
-¡No te hagas el tonto! Sabes de lo que estamos hablando. Ella es la persona que el destino ha puesto para tu camino- Reí sarcástico.
-Que gracioso eres- Dije, pero él no rio. Miré a Carina.
-No te rías del destino.
-El destino es un mierdas, no siempre sale todo como él dice- Contesté.
-La mayoría de las veces sí- Contestó él cruzando sus brazos.
Lentamente me fui alejando de ella, para no despertarla. La acomodé bien en la cama y la tapé con la manta. Salí de la habitación junto a Suga. Él rio.
-¿Te resulta gracioso?- Pregunté molesto.
-Pues lo siento, pero sí- Dijo y volvió a reír- Ay hermanito. No te pongas de mal humor.
-Juro que me siento muy extraño, Suga.
-Lo sé, por eso he venido- Me senté en el sofá preocupado.
-¿Qué es lo que debo hacer?- Pregunté. Él se sentó a mi lado.
-Eres el Diablo, taetae. El ser más temido de todo el mundo. Eres malo, vil y muy mentiroso. Pero, aunque no puedas creerlo, tienes algo bueno.
-Sí, claro- Reí irónico. Me miró fijamente.
-¿Acaso piensas que el ying-yang fue creado por un loco que estaba borracho?- Me preguntó. Le miré- Dentro de lo bueno, siempre hay algo malo. Dios no es perfecto, te lo ha demostrado. Y aunque todo el mundo crea que sí, no es así. Y dentro de lo malo, siempre hay algo bueno.
-¿Qué es?- Pregunté confundido.
-Busca dentro de ti. Creo que lo vas a encontrar rápido- Me guiñó un ojo. Se puso de pie- Solo sigue a tu...no tan usado, corazón.
Desapareció. Me dejó, aquí, con una extraña sensación en el cuerpo. La duda. Nunca tuve duda en mi vida. Siempre fui seguro de mí mismo y de mis acciones. Nunca sentí nada por nadie. Ni lastima, ni admiración, ni amor. Bueno, tal vez cariño por mis hermanos. Eso es algo bueno, creo. Me puse de pie y caminé hasta la habitación. Ella dormía plácidamente. Guiado por lo que Suga llama, mi corazón, me acerqué a la cama y me acosté junto a ella. Se movió un poco y abrazó contra ella. Su aroma inundó mis sentidos. Cerrando los ojos, vi pasar frente a mí, la soledad de mi eterna vida.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.