¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Terminé de colocarme el rímel. Dentro de cinco minutos Jackson llegará y yo aún no estaba lista. Corrí a la habitación a buscar mi chaqueta. La temperatura había cambiado bastante. Hacía frío, me miré por última vez en el espejo y el portero sonó. Corrí a atenderlo.
-¿Quién es?- Pregunté.
-Soy Jackson- Dijo.
-Voy- Dije colgando.
Cogí mi cartera, las llaves y salí del apartamento. Jimin había decidido irse a vivir con Haneul. A eso había venido ayer a mi casa. Dijo que habían hablado mucho que ya era hora de la convivencia. Jamás pensé que Jimin llegaría a tanto. Pero me alegro por él . Pasamos una bonita tarde de amigos, ayer. Él siempre me hace sentir mejor. Es una gran persona.
-¡Hola!- Exclamó cuando me vio. Sonreí levemente y me acerqué a él para saludarlo- Estás muy guapa.
-Gracias- Dije divertida- Tú no te quedas atrás.
-¿Vamos?- Preguntó.
-Claro- Dije agarrando su brazo.
Pronto estuvimos en un bonito restaurante. Se acercó a mí y me ayudó a quitarme el abrigo y a sentarme. Sonreí levemente y le agradecí. Él se sentó enfrente de mí y pronto vino el camarero. Nos entregó el menú.
-¿Qué quieres comer?- Preguntó.
-No lo sé- Dije sin dejar de mirar la carta.
Una punzada comenzó a formarse en mi barriga. Era un dolor terrible. Solté la cartilla y agarré mi abdomen con una mano. Jackson me miró extrañado.
-¿Carina, estás bien?- Preguntó.
Asentí levemente. Algo se movía con fuerza dentro de mi barriga y estaba haciendo estragos conmigo. Sin pensarlo mucho, me puse de pie. Jackson me miró extrañado.
-Voy al baño- Dije más que mareada.
-¿Quieres que te acompañe?- Preguntó.
-No- Dije rápidamente- Solo pide por mí.
Mareada me dirigí al baño. Para mi suerte no había nadie allí. La sensación tan horrible en mi estómago y ese mareo desapareció, en cuanto entré allí. Me miré en el espejo. Este empezó a deformarse. Él apareció, el fondo era negro y solo le veía a él.
-¿Se puede saber qué haces aquí?- Preguntó. Le miré bien.
-¿Taehyung?- Dije sin poder creerlo.
Estaba al otro lado del espejo. Le miré detenidamente. Sus ojos no estaban marrones, eran rojos. Rojos como el fuego. Miré su cuerpo. Estaba herido, golpeado y su piel parecía arder. Volví a sus ojos.
-¿Qué...te ha pasado?- Pregunté aterrada.
-Tranquila, solo jugaba con mis hermanos- Dijo.
-¿A eso le llamas jugar? ¿Dónde estás?
-En mi casa.
-¿Qué haces aquí?
-¡Me voy por dos días, solo por dos días y ya sales con ese imbécil!- Exclama enfadado.
-¡Tú te fuiste! ¡Y ahora me vienes a...A hacer una escena de celos! ¿Detrás de un espejo? ¿Qué hay con tu pacto con Dios?- Pregunté al recordar eso.
-A la mierda con eso, no tengo nada bueno dentro- Dijo. Le miré espantada.
-¿Qué significa eso? ¿Tendrás que vivir para siempre en el infierno?
-Así es, preciosa- Dijo. Negué con la cabeza efusivamente.
-No, no por favor- Dije espantada.
-¿Por qué?- Preguntó.
-No, no puedes- Dije mientras mis ojos se humedecían.
-¿Por qué no puedo? ¿A quién le importa el Diablo?- Dijo lleno de resentimiento.
-A mí- Dije rápidamente- A mí me importas...y mucho.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.