Cuando al fin conseguí que mi amigo saliera de la casa. Me dirigí a la habitación. Entré lentamente. Estaba mirando por la ventana y me daba la espalda. Esa hermosa espalda con ese tatuaje tan característico. Notó mi presencia y me miró.-Realmente es una vista preciosa- Dijo serio.
-Sí, por eso elegí la habitación- Dije algo intimidada.
-No me refería a las vistas desde la ventana...- Respondió de lo más normal y con una sonrisa traviesa. Yo mordí mi labio levemente.
-Creo...creo que tengo algo de ropa en el armario, vístete y vamos a comprarte un poco de ropa- Dije.
-¿Ir de compras?- Dijo no muy contento.
-Sí, señor Diablo. Tenemos que comprarte pantalones, camisetas y algo cómodo. No vas a andar por la vida semi desnudo.
-Es cómodo estar así, además creo que a ti no te disgusta- Contestó divertido- Pero tienes razón.
Le di la ropa de Jimin, que le quedó un poco ajustada. Jimin no es tan grande como el Diablo, pero algo es algo. Desayunamos y salimos del departamento.
-¿Te molesta si agarro tu mano para caminar?- Preguntó. Me giré a verle. Pensé por unos segundos.
-No, claro que no.
Con cuidado agarró mi mano con la suya y suavemente entrelazó nuestros dedos. Su mano es grande, casi envuelve la mía. Sus dedos son fuertes y largos. Una mano protectora, me llevaba de paseo por las calles de Seúl. Mis extraños celos, se hicieron presentes en mí, mientras veía como todas las mujeres que pasaban cerca de nuestro se giraban para mirarle con deseo.
-No te preocupes, preciosa- Dijo con una media sonrisa. Le miré bien.
-¿Preocuparme, por qué?- Pregunté.
-Ellas no me causan nada. Solo tú lo haces- Dijo mirándome con una sonrisa. Yo también sonreí mientras me perdía en sus ojos.
En menos de lo que pensaba, estábamos en una tienda de ropa. Él miró a su alrededor y luego me miró a mí. Le miré divertida.
-¿Qué te pasa?- Pregunté aún riendo.
-Tengo miedo de perderme aquí- Dijo mirando a su alrededor.
Sin pensarlo, me acerqué a él y metí mi mano en su pelo acariciándolo con delicadeza. Su mirada, me estaba matando. Recorrió mi rostro con sus ojos.
-Tranquilo, no voy a dejar que te pierdas- Dije dulce. Sonrió levemente.
Nos alejamos y agarré su mano, para llevarle a buscar un poco de ropa. Comencé a poner en sus manos, cada cosa que veía. Quería que se probara todo. Pantalones de chándal, jeans, camisetas. Hasta un esmoquin, oh vamos, todos sabemos que se vería muy bien con uno puesto.
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𝐔𝐍 𝐆𝐔𝐒𝐓𝐎, 𝐒𝐎𝐘 𝐄𝐋 𝐃𝐈𝐀𝐁𝐋𝐎. Taehyung y tú. (EDITANDO)
Fanfic¿𝐍𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐞𝐧 𝐯𝐞𝐧𝐝𝐞𝐫𝐥𝐞 𝐬𝐮 𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐚𝐥 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐥𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐞𝐠𝐮𝐢𝐫 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚? ¿𝐐𝐮é 𝐩𝐚𝐬𝐚 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐭𝐞 𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐬 𝐞𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞 é𝐥? 𝐧...