Una nueva emoción en Morioh. Josuke Higashikata x Lectora

8 - Verdades y decisiones

La realidad era abrumante y llena de peso. Capaz de doblegarte hasta el punto de la rendición.

Pero no en esta ocasión, Josuke no lo hizo cuando estuvo a punto de morir por la fiebre, no lo hizo cuando luchó contra un asesino serial y pensó que su mejor amigo había muerto, no lo hizo cuando asesinaron a su abuelo...

Josuke le relató todo, absolutamente todo. La manera en que descubrió a su Stand y cómo comenzó a dominarlo. Cuando conoció a Jotaro y la razón por la que llegó a Morioh. Pam conoció sobre Kira y su parafilia.

Todo.

Josuke no estaba seguro de la razón, pero quería que ella supiera y conociera a su verdadero ser. Una parte de él le decía que estaban viviendo una mentira, un engaño; esos juegos entre ellos, su acercamiento... si no conocía lo que era realmente Josuke, sentiría que la estaba engañando, y Pam no se merecía eso.

«...te has vuelto alguien muy importante para mí, por eso tenía que decírtelo. No quiero asustarte, pero lo que decidas yo lo respetaré».

¿Respetar? ¿Una decisión de alejarse de él para siempre?

Pam tenía esas últimas palabras de Josuke dando vueltas en su cabeza. Se encontraba en su casa, tirada en la cama observando el techo desde hace una hora. Cuando Josuke la dejó en su casa estaba muy callado, quizá asustado por la reacción de Pam, pero ese fue el problema, no hubo reacción alguna, fue demasiada información para digerir y entender de golpe.

La representación física del alma y sus habilidades... Le quedaba claro que no era una broma sucia y cruel. Josuke ya la había curado en dos ocasiones. Era evidente... pero era difícil entender todo el rollo de los usuarios y sus habilidades. Ya no fue capaz de preguntar sobre sus otros amigos, pero era obvio, después de esa charla en un recreo: Okuyasu, Yukako y Koichi tenían Stands.

No pudo evitar sentirse un poco alejada del grupo, era la única sin habilidades, pero eso no impidió que la invitaran a su grupo y la trataran como igual, ¿cierto?

¿Qué tenía que decirle a Josuke? ¿Te creo, sigamos como si nada? No estaba segura, pero ya no podría ser igual a antes, ya no.

Debía ordenar sus prioridades y su mente. ¿Qué emoción era la dominante en su corazón? ¿Duda? ¿Miedo? ¿Afecto?

No se sentía capaz de enfrentarlos por ahora, así que faltaría a la escuela al día siguiente. Necesitaba pensar con claridad, no quería cometer un error fatal.

                                                                                            ***

Josuke no prestaba atención a las clases, se dedicaba a garabatear sus cuadernos con rayas y monitos, y se sorprendió dibujando pequeños pandas en ocasiones.

Pam le había mandado un mensaje a Yukako y a él, diciendo que no asistiría a clases.

El recreo fue callado. Josuke no comió, solo se tomó un refresco de uva que Koichi le había ofrecido, sin decir nada. Sus amigos estaban muy preocupados.

—Josuke, ¿te apetece si jugamos baloncesto al finalizar el día? O podemos ir al cine, ¿qué dices? —preguntó Okuyasu, tratando de animar a su amigo.

—Creo que paso, no estoy de humor —contestó Josuke, sin ver a nadie en particular.

—¿Vas bien con tus tareas? Puedo ayudarte —ofreció Koichi.

—Estoy bien, chicos. Me adelantaré al salón, los veo allá.

Koichi y Okuyasu compartieron una mirada preocupada.