Una nueva emoción en Morioh. Josuke Higashikata x Lectora

12 - El final

La escuela fue normal, excepto por el ánimo hasta los suelos de Josuke y compañía, pero trataban de animarse con los estudios y algunos chistes bobos en los descansos.

Josuke escribió temprano a Pam, deseándole buenos días, y Pam le respondió con los mismos deseos, diciéndole después que ya estaba en Los Ángeles con su madre, todo su viaje fue tranquilo y rápido; había tomado un avión a mitad del camino para llegar mucho más rápido, todo auspiciado por la fundación Speedwagon.

Era todo, no le contó sobre la reacción de su madre y sobre si ya sabía la razón de su traslado tan repentino. Josuke suspiró, agotado y preocupado.

Pero debía mantenerse firme en su objetivo actual: encontrar a Akira y hacerle pagar cada lágrima que Pam había derramado. Por su honor y dignidad.

Jotaro pasó por ellos a la escuela como había prometido. Koichi pidió a Yukako que se mantuviera alejada, que ellos podían encargarse para que no saliera lastimada; así que los cuatro partieron hasta el callejón donde Pam fue atacada, ahí interrogarían al amigo de Akira hasta el cansancio, no le dejarían opción.

En un intento en vano de que Josuke lo regresara a su forma anterior, les dijo todo: lo del basurero era real, Akira se ocultaba ahí. Así que todos se dirigieron a su destino, dejando a un bote de basura decepcionado.

Se creó una leyenda en el callejón, donde se oían voces que pedían ayuda a veces, el llanto de un hombre desesperado; la gente aseguraba que había un fantasma en ese lugar.

Dos días estuvieron rondando el basurero en busca de Akira, sin mucho éxito. Koichi, con ayuda de Echoes en el cielo, se aseguraba de que no escapara por ningún lugar.

Hasta que la suerte les sonrió: el tercer día regresaron al lugar apestoso, pero un niño les había dicho que había visto un hombre correr hacia la parte trasera del basurero, después de atacar a otro y robarle su dinero.

Los cuatro llegaron al basurero lo más rápido que pudieron, ya no había perros rabiosos ni algún peligro aparente. Se acercaron poco a poco hasta el centro de aquella peste, donde había rastros de actividad humana reciente, por pisadas recientes que hallaron y restos de comida en buen estado, a medio comer. Akira estaba cerca.

Alguien los observaba, podían sentirlo, así que se mantenían en alerta constante; hasta que Red Hot Chili Pepper hizo su aparición, atacándolos a traición mientras aventaba una ola de basura encima de ellos e intentaba electrocutarlos.

The Hand hizo desaparecer la basura con ayuda de Star Platinum, mientras que Crazy Diamond se adelantaba, buscando a Red Hot Chili Pepper...

Akira se ocultaba bastante bien entre la basura, pero no descansarían hasta encontrarlo. Jotaro aprovechó para examinar unas cajas sospechosas: una de ellas contenía una pastilla azul... ¡la droga! Akira se la había terminado, como sospechaban.

Red Hot Chili Pepper seguía atacando a traición, pero sus movimientos eran lentos y torpes; tenían que encontrar rápido a su usuario para detenerlo.

—¡Vamos, pedazo de basura! ¡Sal y no te patearé el culo tan fuerte! —amenazaba Okuyasu, evitando basura y los ataques eléctricos.

—¡Lo encontré! ¡Echoes lo hizo! —gritó Koichi, guiando a sus amigos por el basurero.

Akira se ocultaba semi enterrado en la basura apestosa. Star Platinum se apresuró a jalarlo por los tobillos, levantándolo de cabeza mientras Akira chillaba y mandaba a Red Hot Chili Pepper a atacarlos. Josuke se encargó de ello, con Crazy Diamond utilizó basura para regenerar trozos de un neumático, justo como lo había derrotado la primera vez: la llanta volvió a formarse y lo encerró, luego The Hand tomó el objeto y lo tiró hasta un charco de lodo, donde ya no podría salir de nuevo.