Hikariare ❜ ┊ dotae _ taedo

ㅤㅤ · Capítulo 열둘 !

Equipados con la ropa que solían usar para los entrenamientos, también de sus respectivos equipos, tanto Karasuno como Nekoma fueron corriendo hasta el otro estadio donde, dentro de poco, Dream iban a competir contra Ubugawa. Sicheng siguió parloteando de sus habilidades, además de haberse visto prácticamente todos los animes existentes, nunca se perdía los torneos de los demás equipos, y su capacidad de retener información ayudó a que se aprendiera los nombres de todos los jugadores.

—Jae es muy bueno bloqueando, y junto a Brian es imparable. Aunque Brian es un gran colocador también. Los saques de Sungjin son sublimes, pero creo que nada supera los ataques de Wonpil. Dowoon es muy rápido, se le da bien prácticamente todo. Y Junhyeok es un gran líbero —iba murmurando a velocidad de la luz, siendo escuchado por un atento Taeyong y un silencioso Doyoung, que no se separaba de este último.

En la cancha, Chenle se veía nervioso y Jisung lo sacudía para intentar disipar sus nervios. Jaemin hablaba con calma con Soonkyu, y Jeno escuchaba mordiéndose las uñas. Donghyuck se limitaba a saludarlos al ver que ya habían llegado, y Renjun estaba en el banquillo intentando relajarse, mientras que Yang Yang le debía estar animándolo con un pequeño discurso.

Taeyong se sentó al lado de Doyoung, Sicheng se sentó en los asientos encima de ellos y gruñó al ver que Yuta se sentaba a su lado con una sonrisa inocente. Chittaphon tomó el asiento al lado de Doyoung y echó a patadas a Johnny porque decía que, si se sentaba a su lado, iba a distraerlo y quería animar a sus niños. Así que terminó sentándose al lado de Taeyong, riéndose a carcajadas, pero lloriqueando porque quería sentarse al lado de su loml.

—¿Loml? —frunció el ceño Doyoung, y Taeyong rio por lo bajo, mirándole con adoración—. ¿Qué demonios significa eso?

—Love of my life —le susurró para que Chittaphon no lo escuchara, ya que él tampoco leía au's y no lo había entendido—. Pero no se lo digas a Chittaphon.

Este rio levemente, asintiendo. Chittaphon lo escudriñó con la mirada, pero Doyoung se limitó a encogerse de hombros.

El partido no tardó en empezar y los vítores empezaron a resonar por toda la estancia.

—¡Vamos, bebés! ¡Sois los mejores! —gritaba Kun, justo sentado encima de Chittaphon.

—¡Estamos orgullosos de vosotros! —seguía Chittaphon.

Se rieron al ver que Jeno y Jisung los ignoraban, y, en cambio, los demás, les enviaban corazones.

—Nos dais vergüenza ajena —decía Jeno, observando como Ubugawa los miraban con atención y con sonrisas tiernas, que él creyó que eran de burla.

—¡A ver si algún día vas a querer a tu padre, Jeno! —le gritó Doyoung, y Taeyong se sintió en el cielo al verlo reír ante el gruñido que no se escuchó por parte del menor, notándose por la mirada.

—Let's get it, Dream! Let's do it, Dream! Let's winwin, Dream! —empezaron a vitorear, y Sicheng les gritó que dejaran de decir "winwin", pero sabían que, desde el día que los nervios lo habían comido entero y tartamudeó diciéndolo, nunca dejarían de vitorear con eso. Incluso, se le quedó como mote.

Los vítores que animaban a Ubugawa intentaban ser más fuertes que los de Dream. Ambos equipos se presentaron y se colocaron en sus respectivos puestos, recuperando la expresión de seriedad. El partido no tardó en iniciarse y todos se centraron en cada movimiento y toque, siendo el gimnasio inundado por los chirridos que causaban las deportivas contra la cancha.

Las uñas y labios de Nekoma y Karasuno fueron mordiéndose con ansiedad, ya que Ubugawa era tan buen equipo como Dream. Ambos tenían sus diferencias, pero tenían puntos buenos que era difícil contrarrestarlos. Doyoung parecía el más tenso de todos, y era difícil descifrar si estaba así por Dream o por el partido que tenía esta tarde contra Shiratorizawa. Estaba claro que Taeyong no dejaba de notar esos cambios en el ánimo de Doyoung, sin saber si estaba más atento a él o al partido, así que, aprovechando el barullo que creaban sus amigos mientras Donghyuck había logrado ganar el cuarto punto consecutivo gracias a sus saques, posó su mano en el muslo del pelinegro, acariciándole con suavidad en un intento de apaciguar sus nervios.