El sudor que caía en el rostro del pelirrojo empezaba a ser molesto. Sus piernas estaban entumecidas, y ya empezaba a notar pinchazos en sus brazos. Se apoyó en sus rodillas mientras las posiciones cambiaban después de que su equipo recuperara el saque.
24-7, se mostraba en el marcador en el lateral de la cancha. Y el equipo que perdía era el de Taeyong.
En comparación al suyo, los jugadores del otro equipo eran altos, y fuertes, a pesar de su edad, que era entre quince y dieciséis años, al igual que la de ellos. Taeyong era el más bajo y, quizás, el más débil también. Pero, era rápido, y la mitad de los puntos los había marcado él con rápidos remates que el armador le levantaba.
Aun así, fueron más de diez de los cuales fueron bloqueados por los bloqueadores del equipo contrario.
—Vamos Taeyong, aún podemos ganar... —intentaba animarlo Johnny, el bloqueador central de su equipo y su mejor amigo desde párvulos. Si no fuera por él, Taeyong estaba más que seguro que su equipo hubiera perdido durante el primer cuarto de hora los dos primeros sets. Se acercó para acariciar su espalda, y Taeyong chasqueó su lengua.
—El número uno es demasiado bueno para su edad —murmuró fijándose en ese chico alto, y cabello negro, con pura envidia en los ojos.
Prácticamente todos eran buenos en algo, aunque un par de ellos no tenían desarrolladas bien las habilidades, pero no podía considerarse con la disincronía que tenía el equipo de Taeyong. ¿Por qué era así cuando Taeyong luchaba tanto y daba todo de sí? ¿Cuándo gastaba su tiempo libre para entrenar solo en cualquier sitio o junto a Johnny? ¿Qué había hecho mal para sentirse tan nefasto delante de ese equipo que parecían tomárselo como un juego, con esas sonrisas socarronas y de superioridad?
La rabia e impotencia de Taeyong corría por sus venas. El único que no se veía cómo los demás, el único que parecía mostrar pena por su equipo era el número uno. Pero... aun así, fue el que más puntos había quitado al equipo de Taeyong, y, de hecho, fue el que aseguró la victoria del primer set. Y esa era razón suficiente para que el chico de cabellos castaños gruñera tan sólo verlo, sintiendo que sus sueños eran rotos por esa misma persona.
Quería ser como el número uno. Quería ser como Johnny, que también tenía el número uno de su equipo. No quería... ser él.
Aún Taeyong siendo el número dos, significando que era muy buen jugador, ¿de qué serviría si sus remates y ataques no lograban sobrepasar la defensa del equipo contrario? Eso lo hacía ser un mal jugador. Y Johnny lo conocía demasiado como para saber que volvía a recaer en ese agujero dónde era incapaz de ver todas las competencias que tenía en el voleibol. Su problema era que simplemente necesitaba no dejarse ganar por su personalidad tan derrotista y negativa.
—Vamos a perder el partido, hyung. —negó con la cabeza, intentando tomarse un respiro mientras el entrenador del equipo contrario pedía un tiempo muerto—. No sé si alegrarme que estos partidos son de tres sets en vez de cinco —rio con amargura, sintiendo sus ojos humedecidos, sin querer acercarse al asiento dónde se encontraba el entrenador y el mánager.
—Taeyong, aunque no tengamos mucha oportunidad delante de ellos... debemos hacernos recordar como el equipo que nunca dejó de luchar, que no perdió la fuerza. Que nunca se rindió.
Esas palabras revolcaron el corazón de Taeyong. Quizás... tenía razón.
—No dejes de luchar —le suplicó Johnny, mirándole a los ojos después de lograr levantar la mirada del menor.
Taeyong expresó un pequeño soplido a través de sus fosas nasales, determinante.
—No lo haré.
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Hikariare ❜ ┊ dotae _ taedo
Fanfiction「 TaeYong dejó el deporte que desde pequeño había amado: el voleibol. ¿La razón? La derrota que no permitió clasificar a Torasu hasta la Liga de naciones. 」 ㅤㅤ› 🍣 · au ! fluff (maybe w/ smut) ㅤㅤ› 🍣 · Palabras actuales: 41.678 ㅤㅤ› 🍣 · Escrito en:...