XlV - A Un Paso.

677 64 74
                                    

Mientras observaba la calle de la gran ciudad no me percaté que en cuestión de segundos una moto cruzaba la calzada en dirección a mí, por lo que tuve que esquivarla un par de centímetros cayendo de espalda en aquella autopista, esto no podría estar marchando peor, susurré casi ilesa.

Oigo el sonido del motor de aquella moto detenerse, finalmente el sujeto se despojo del casco y resultó ser nada más y nada menos que Owen al asegurarme de su figura cerré los ojos agradeciendo que su aparición fue en un momento oportuno. Deseaba despertar de una pesadilla pero no es así, me doy cuenta de que no fue un sueño, de que la pesadilla fue en carne propia, a un par de millas de donde me detuve.

- Oye Brittany, tranquila... ¿Qué es lo que sucedió? - preguntó Owen, asustado y ayudándome a incorporarme de pie.

- Nunca estuve tan agradecida a la vida porque una persona apareciera en este preciso instante. - dije, llorando sin consuelo alguno.

- ¿Qué te han hecho?, ¿Por qué hay sangre en tu ropa?, oh por Dios. - se lamentó.

- Llegaste justo a tiempo. - respondí, un tanto inaudita.

- No lo puedo creer, lamento mucho haber llegado tarde. Amanda me pidió que te buscara por cada zona y por cada rincón de la ciudad. - confesó estremecido.

- No lo lamentes, hubiera sido peor. Es solo un mal día, no una mala vida; o eso creo. - reproché, con un nudo en la garganta.

- Descuida, no estás sola. - dijo, brindando un abrazo reconfortante de esas que alivian esas penas deterioradas de encima.

- Debí haberla escuchado. - reconocí.

- No te culpes. - señaló él, muy emotivo.

- Te arriesgaste un poco al salir sola en la noche, la ciudad es muy peligrosa. - concluyó.

- Como si no conociera a esta ciudad, pero no pude con mis impulsos nuevamente. - apunté.

- Al mal nacido lo tuve ahí cerca de que cometiera lo que buscaba nunca lo perdí de vista, estudié cada paso que daba; tuve mucho cuidado puedo decirte que mi instinto me ha ayudado. Aún así es lo más horroroso que le puede ocurrir a una persona. - me respondí, al volver a recordar aquel trágico momento.

- Lo siento Britt, nunca verdaderamente quise que te pasara tal atrocidad. - pronunció, con un gesto de negación.

- No te culpes, no lo hagas. - pedí.

- Si, si lo hago debí encontrarte antes de ese mal nacido pudiera ponerte una mano encima.

- ¿Y crees que consiguió su objetivo? - contesté.

- No me interesaría saberlo, solo se que lo hubiera golpeado la maldita cara de solo haberlo presenciado, coraje no faltaría. Créeme. - afirmó con enojo.

- Eso es muy valiente de tu parte, pero... ¿Crees que no le di su merecido?

- Me alegra saberlo, al menos eso suena bastante satisfactorio. - sonrió levemente.

- Debí matarlo. - insinué, en voz baja.

- Vamos, arriba te llevaré a casa lejos de esta mierda, aquí no tenemos nada que hacer. - pidió.

Deja que Suceda.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora