- ¿A qué te refieres con eso, Nadia?
-Es un Irwin, Quinn. No vale la pena acercárseles. Son unos idiotas.
-Ya lo comprobé, Nadia. No te preocupes.
Julio se acerca hacia nosotras y pone su mano en mi otro hombro.
- ¿Tienes algún fetiche con los apellidos, Bulsara?
-Cállate Gómez. Y mueve tu trasero flácido hasta mates.
Me río a carcajadas, mientras que él, juguetón, le da con el puño.
-Odio a Calvani. ¿Por qué los profes no pueden ser guapos y musculosos y no como el viejo calvo de mates?
- Porque si no, fueran supermodelos.
Así pasamos la mañana hasta el almuerzo. Compartía clases con alguno de ellos dos y no me volví a topar con ciertos ojos ámbar.
- ¡Vaya, vaya! Pero si el quarterback y la porrista nos han privilegiado con su presencia-Julio chifla coquetamente y mira indiscretamente hacia la puerta del comedor- ¿Desde cuándo los K vienen al comedor?
- ¿A quién le importa, Gómez? -Nadia mira con asco su bandeja- La pregunta es ¿Por qué venimos nosotros a comer esto? -Agita su cuchara que tiene un puré de dudosa procedencia.
Julio chilla y se voltea rápido, comienza a alarme del abrigo con una sonrisa de oreja a oreja- ¡Vienen hacia acá, vienen hacia acá!
-Hola Susett…-una rubia con sonrisa amable me saluda agitando la mano. Su primo de ojos grises se mantiene con una sonrisa de boca cerrada.
-Giulia ¿Qué tal?
-Todo bien…Eres muy buena en mates…
-Bueno, no tanto, solo me gustan un poco- Las odio, pero no soy mala en ellas. Ironías de la vida.
- ¡No tanto! Querida, eres matrícula de oro, no tienes ni un notable…
-Espera ¿Eres una maldita nerd y yo no lo sabía? -Julio interrumpe la conversación, me mira con los ojos desmesuradamente abiertos- Chica, sabía que eras inteligente, pero… ¡Qué bien callado lo tenías!
-Calvani lo dijo cuándo la presentó frente al grupo-Contesta Nadia, sin dejar de mirar hacia lo único comestible de su bandeja, una manzana-No dejaba de elogiarla y demostrarnos su buen ejemplo.
-Fue cansino, pero fue gracioso ver la cara roja que ponías mientras hablaba- Fabio se integra a la conversación y cambia a una sonrisa burlona- Al igual que la tienes ahora.
-Ja ja, muy gracioso- Era mucho más encantador cuando no abría la boca- Bien, sí, soy buena en mates, ¿Qué pasa con eso, Giulia?
-Quería saber si tú podrías ayudarme, ser mi tutora.
-Espera ¿Qué? -La porrista, la Srta. Popular, ¿Me estaba pidiendo a mí, que fuera su tutora? ¿Qué está pasando con el mundo?
-Sería solo una vez a la semana, solo cuando tu estés disponible.
-Pero…yo…
-Tú pondrías la hora y el lugar. En serio, te necesito, Susett. Necesito subir mi promedio.
-No creo que yo…
-Te pagaría- ¿Pagarme? Bueno, no me vendría mal un dinerito extra.
- ¿Cuándo empezamos?
- ¡Si! hoy mismo, aunque eso sería muy pronto ¿Mañana? No, tengo prácticas. Puedo el viernes, aunque el domingo es más tranquilo. El miérc…
-El viernes está bien.
-Perfecto, tenemos una cita. Bye, Susett y gracias.
-Adiós chicos- Se despidió Fabio con un guiño. Nos dieron la espalda y salieron por la puerta.
-Ese Fabio…me va a dar un infarto…Esos ojos grises mmm y ese culazo…Lo que le haría- No solo tú, Julio, no solo tú.
- ¡Gómez, estoy comiendo! -Nadia le lanza el puré a la cabeza. Creo que eso será difícil que quitar.
- ¡Bulsara! -Gómez también le lanza su puré, pero este llega a la mesa de atrás, donde un chico se levanta y lo mira furioso.
-Joder…-El chico le tira unos espaguetis, que por cierto… ¿Dónde los sacó?
- ¡Guerra de comida! - Gritan por el fondo y comienzan los ataques.
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¡Nuevo récord! Primer día de clases y ya estar de castigo, por la simple razón de estar sentada en la misma mesa donde comenzó todo.
A Julio y a Nadia les tocó limpiar juntos las cocinas. Al chico de los espaguetis el buffet y a mí el comedor. El lugar más amplio y difícil para limpiar. Aunque me acompañarán el conserje y otro estudiante.
Comienzo limpiando las mesas del fondo mientras que el conserje las demás. El chico, que aún no ha llegado, tendrá que limpiar el piso.
-Se puede saber dónde está el otro muchacho.
-No sé quién es, estoy igual que usted.
Suspira y murmura unas cuantas palabras.
-Ya estoy aquí, siento la demora.
Un cuerpo alto y desgarbado con un casco de motociclismo, se dirige hacia el conserje. Sigo limpiando las mesas sin prestar atención. Comparten unas cuantas palabras y se escucha cuando toma los instrumentos. Miro hacia su dirección, ya no lleva casco y una mata de pelo castaño despeinado se deja ver. Se gira hacia mí y me guiña un ojo, un ojo ámbar. ¡Maldita sea, el jodido Darcy!
-Hola nena. No pensé encontrarte aquí. Ya sabes, primer día.
Sigo limpiando las mesas y lo ignoro. El idiota se ríe y comienza su labor. Se quita la chaqueta y se queda con una camiseta interior ¡Madre mía, qué cuerpazo! Sigo limpiando las mesas antes de que me descubra observándolo y sea peor.
Han pasado 30 min y ya está terminando ¡Yo no llevo ni la mitad!
- ¿Quieres qué te ayude, nena? A este ritmo nunca nos marcharemos.
-Tú te puedes ir, Irwin. Nadie te lo impide, ya terminaste.
-No quisiera dejarte sola con tanto trabajo. No sería digno de un caballero.
¿Caballero? Ja, quisiera. Ni, aunque consiga la armadura y el caballo lo sería.
-Vete a la mierda, idiota.
Comienza a reírse y cuando veo que se va, se gira hacia el conserje y le pide otro paño. Comienza a limpiar las mesas que me faltan en silencio. Una sonrisa boba quiere salir de mis labios, pero no lo permito, es un imbécil Susett, no vale la pena. Solo está actuando.
Termino, le entrego el paño al conserje, me despido y me marcho. Shawn comienza seguirme hacia la salida.
- ¿Acaso no me vas a dejar en paz? - Lo enfrento con los ojos. Levanta sus brazos en son de paz y me regala una sonrisa ladeada.
-Solo quería largarme, nena y no es mi culpa que solo exista una salida.
Mi cara enrojece por la vergüenza y sigo mi camino hasta la salida. Allí me acomodo al lado del auto de Julio y los espero. Sigo mirando hacia la escuela sin darme cuenta cuando la moto de Shawn se acerca peligrosamente a mí.
- ¡Imbécil, casi me atropellas! -Se quita las gafas y me observa con una sonrisa ladeada.
-Lo tengo todo en orden, pequeña.
-Por fin dejas de decirme nena, aunque pequeña no es mejor.
Apaga la moto y se acerca demasiado. Me mantengo firme en mi lugar. Con una mano toma mi cabello y empuja su cuerpo al mío, pegándome al coche.
- ¿Acaso extrañas que te lo diga, nena?
-Ni un poco, Irwin-Sus ojos ámbar se dirigen hacia mi boca y yo no puedo evitar echarle un buen vistazo a su rostro. Tez pálida, con algunas pecas colocadas estratégicamente en su cara para que apenas se noten y queden perfectas. Cejas rectas, pestañas largas, los ojos son aún más lindos de cerca. La nariz recta y los labios llenos. Vuelvo la vista hacia sus ojos, son hechizantes. Estamos en una burbuja, su cara cada vez se acerca más y a mí no me importa. Sus labios se acercan a mi oreja y susurra.
- ¿Más cerca, bruja?
Y se marcha así con una sonrisa triunfante ¡Joder, lo odio!
-No te acerques más a mí, imbécil.
-Antes no pensabas eso, nena- Se monta en su moto y se pone el casco.
-Te odio.
-Sabes que me amas- Me guiña un ojo y se va junto con mi dignidad.
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Juego de Naipes
Novela Juvenil¿Qué pensarías de vivir en un juego de cartas? Donde no eres más que un 10 frente a un montón de J, Q y K, y nunca dejarán de recordarte lo que eres. Esta es la historia de Susett Quinn, una chica que comienza su nueva vida en el Hudson River Schoo...