Le sigo con la mirada mientras sale del parqueo. Es un… ¡Agh! No hay palabras para explicarlo.
- ¡Susett! -Julio grita mi nombre haciéndome saltar, corre hacia mí mientras que Nadia se mantiene caminando lento y mirándome ceñuda ¿Y ahora qué le pasa? - No sabía que estuvieras tan pegada a Shawn Irwin-Me codea juguetón mientras alza sus cejas.
-Solo sé su nombre y que es un idiota.
-Un idiota muy lindo.
- ¿Podemos irnos? -Nadia replica ya dentro del coche, tiene un humor de perros desde esta mañana.
-A alguien no le sentó bien el trabajo- “Pienso igual que tú, querido Julio”. Comienza a pitar- ¡Ya voy, malnacida!
Julio saca la excusa de que le duele la cabeza por lo que Nadia hace de chofer y yo voy de copiloto, en serio necesito hacerme de una licencia de conducción. Julio se acuesta detrás y escucha música con sus audífonos
-Te lo advertí, Quinn. No es bueno andar con ellos.
Sé a quién se refiere. A los malditos ojos ámbar.
-Yo trato de no acercarme, pero él siempre está revoloteando cerca como mosca.
-No lo parecía esta tarde, estabas bastante feliz.
-Nadia, ya deja los jueguecitos y acaba de decirme que te pasa con los Irwin-Me tiene harta con sus “consejos” que más bien parecen acertijos de detectives.
-No estoy con ningún jueguecito, solo te advierto que no son buena compañía. Tendrán muchos encantos, pero nunca han tenido buenas intenciones.
-No me voy a casar con Shawn-Pongo los ojos en blanco y me recuesto a la ventanilla-Además no es que sea muy encantador tampoco.
-No quisiera decirte te lo dije- Ya llegamos a mi casa.
-Créeme, no tendrás que hacerlo. Además, soy bastante grandecita para saber con quién debo estar y con quién no. Pero gracias de todas formas- Cierro la puerta de un tirón y me marcho.
-Yo también pensaba así- La escucho murmurar antes de que el auto arranque.Me encamino hacia mi casa llena de coraje. No es que no me guste que me den consejos, pero ya Nadia se pasó. Su actitud de “soy más madura que tú” me tiene harta. Camino lentamente hacia el salón, debo serenarme. Escucho las voces de mi hermana y de Joey, pero también la de otra mujer. Una cabellera rubia se encuentra en mi campo de visión.
- ¿Giulia?
- ¡Oh, Susy! No sabía que eras amiga de los Gabbana.
- ¿Amiga? Sí, nos conocimos hoy en la escuela.
Giulia se levanta y me toma de las manos.
-Sé que quedamos el viernes para estudiar y que apenas es el primer día. Pero en serio necesito de tu ayuda ¡Urgente!
-Tranquila, Giulia. Vamos subamos a mi habitación.
Pasamos horas encerradas en mi habitación mientras le explicaba algunos ejercicios. La verdad no fue muy difícil la tarea. Ella sabía algunas cosas solo debía recordárselas un poco. Ya era de noche cuando comenzó a bostezar.
-Bien, todo por hoy. Estás cansada y la verdad es que no eres tan mala.
- O tú eres una buena profesora- Me dio una sonrisa amable y bajó la cabeza- Gracias por ayudarme. La verdad pensé que no lo harías.
- ¿Por qué dices eso? -La miré extrañada. Al principio la verdad que no me agradaba mucho la idea, pero tampoco iba a ser tan borde.
-Ji-soo siempre me decía que no. La pobre siempre estaba muy ocupada. Tantos trabajos que tiene encima, seguro que le van a hacer mal a largo plazo- En sus ojos brotaba preocupación- Ella quiere ir a Oxford donde rara vez aceptan a más de dos chicos por estado, por eso se esfuerza tanto. Yo también quiero ir, pero además de los puntos de las actividades extracurriculares, necesitaba una buena media y en Mates estoy un poco baja. Por eso mi empeño en mejorar.
La verdad es que pensaba que Ji-soo no quería ayudarla. No la conozco, pero si se empeña tanto en esa universidad, creo que ve a Giulia como un obstáculo.
-Para Fabio es más fácil. Él ya tiene la beca en su universidad debido al fútbol. Es lo bueno de ser deportista. Se ha esforzado mucho estos años y consiguió lo que quiere.
Su primo, el guapísimo deportista de ojos grises que te hacía sonrojar con solo una sonrisa. Encantador, fantástico. Era un muy buen partido la verdad.
El celular de Giulia comienza a vibrar y contesta la llamada que hasta lo que pude ver era de su primo.
-Si ya puedes venir. ¿En serio? Vale, iré. Si yo le pregunto. No te apures, cuidado. ¡No me digas así! Adiós, Fabio.
Me levanté y comencé a recoger el escritorio junto con ella.
-Esto…Susett, a mi primo lo invitaron a una fiesta este fin de semana. Será una de las más grandes del año porque será luego del partido estatal. Como quaterback puede invitar a quien deseé. Me dijo que te preguntara si quieres ir, junto con Julio y Nadia.
-Oh vale. Yo les pregunto. Gracias por la invitación.
-No es nada, querida. Fabio ya debe estar cerca, se cree Flash en la carretera.
La acompañe hasta la puerta de entrada y en unos minutos un deportivo rojo aparcó frente a mi casa. Se baja la ventanilla y un joven de cabello negro nos mira sonriente.
- ¡Te dije que tuvieras cuidado y que no te apuraras! - La rubia se acerca al coche y abre la puerta del copiloto.
-Estaba cerca, Giu no te preocupes. Hola, Susett.
-Hola, Fabio. Lindo coche.
Giulia pone los ojos en blanco y Fabio se ríe a carcajadas.
- ¿Ves Giu? Solo tú preferirías un auto de turismo antes que un deportivo.
-Prefiero seguridad antes que velocidad. Nos vemos Susy. Gracias por todo.
-Hasta luego, chicos.
Fabio me sonrío una última vez mientras que Giulia se despedía con la mano. Se alejaron rápidamente y yo entré a mi casa. Había sido un día largo y aún faltaba mucho para terminar la semana.

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Juego de Naipes
Novela Juvenil¿Qué pensarías de vivir en un juego de cartas? Donde no eres más que un 10 frente a un montón de J, Q y K, y nunca dejarán de recordarte lo que eres. Esta es la historia de Susett Quinn, una chica que comienza su nueva vida en el Hudson River Schoo...