Capítulo 4

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Hechizos

Habían pasado cinco días ya, Camila había dejado de sangrar y sentir dolor.

Cuando su abuela y su tía se enteraron ambas se sumaron de alegría, decían que era el inicio de algo hermoso en su vida pero ella sabía que eso era mentira.

Se encontraba fuera de su casa, debajo de su árbol favorito y por alguna extraña razón, su mamá no le permitía irse tan lejos. "¿Por qué no?" se preguntó en su mente, "es un día hermoso." Y en efecto, lo era. Cielo azul, pocas nubes y una brisa refrescante.

Pensó en su padre, se suponía que debía haber llegado hace dos días atrás, ya su madre empezaba a preocuparse.

-¿Por qué tan distraída? -Su tía la sorprendió. Ella era muy diferente a su madre, era rubia y sus ojos negros, su piel era algo mas oscura que la de su mamá y mantenía un físico distinto, ¿habría sido por los dos embarazos?

-Sentía la fresca brisa. -Pronunció. -Es un buen lugar.

-Ya veo. -Suspiro. -¿Puedo sentarme? -Preguntó.

Camila asintió.

-¿Sabes? Cuando era pequeña, muy pequeña, papá nos había relatado una historia asombrosa. -Su tía observaba el cielo, Camila aún no había descubierto aquella mirada o aquel sentimiento con el que lo observaba, ¿qué era aquello? Camila se limito a guardar silencio y a observarla. -Decía que no muy lejos de las cinco legendarias piedras vivía una Bruja, muchos le temían porque decían que tenía poder, que bailaba a la luz de la luna y que con su belleza atraía a los hombres y los mataba.

-¿Por qué hacía eso? -Preguntó.

Su tía se encogió de hombros.

-Hubo una noche en que Louis, el vecino de al lado, quiso descubrir si era verdad o no todo aquello. Así que se preparó y se fue. -Su tía la miró por un momento. -Pasaron cuatro lunas y no sabíamos de él. Hasta que regresó. -Su tía se limitó a observar la tierra. -No era el mismo.

-¿Cambió? -Preguntó Camila.

-Hablaba incoherencias, su mirada siempre estaba perdida y repetía mil y un veces "ellos vendrán."

-¿Cómo volvió al pueblo?

-Es un misterio. -Frunció el ceño. -Tiempo después lo consiguieron ahorcado cerca del río. Dicen que aquella bruja le había puesto un hechizo y que por eso él no era el mismo de antes.

Camila se sorprendió.

-Los más ancianos prohibieron la salida a los jóvenes de noche, cacerías o salidas a pueblos vecinos. No podían perder a más pobladores y cada vez habían mas desapariciones.

-¿Cómo...

-Hubo un horario especial por muchos años, -Le interrumpió su tía. -nadie debía salir de sus casas luego del atardecer.

-¿Cuánto fue? -Preguntó.

-Exactamente veinte años, yo tenía diez y Hécate apenas estaba en el vientre de mamá. -Sus facciones cambiaron. -Recuerdo cada noche, observaba por la ventana, esperando a que algo o alguien pasará, vivía con miedo a que nos llevarán o nos atacaran. Fue horrible.

Luz de luna ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora