Curiosidad.
Los rayos del sol se asomaban por la ventana de Camila.
Alisaba su cabello rebelde, quería verse bien para cuando él llegara.
De pronto, alguien tocó la puerta. Se sobresalto por un momento, ¿pero que pensaba? Él no debería haber llegado aún y mas atreverse a tanto...
-Pasa.
-Escuche ruidos provenientes del cuarto, quise ver que todo estuviera bien. -Su abuela se acercó hasta la cama de la joven, se encontraba sorprendida al ver que ella ya estaba vestida y arreglada, al igual que su cama. -¿Qué haces despierta tan temprano? -Preguntó con curiosidad. Camila se encogió de hombros, tenía una pequeña sonrisa en su rostro. -¿No me piensas decir? -Preguntó nuevamente, esta negó. -Bueno, los jóvenes de hoy en día con sus misterios locos. -La abuela se levantó y caminó hasta la puerta de la habitación. -¿Vas a desayunar? -Preguntó.
-Si. -Respondió Camila. -Y, ¿podrías colocar un plato extra? -Preguntó.
Camila observaba a su abuela por el espejo. Su abuela se volteó y arqueo una ceja.
-¿Otro plato? -Preguntó.
Camila asintió con una gran sonrisa.
-Bueno, bienvenido sea la persona misteriosa. -Su abuela se giró y siguió su camino.
Camila se observó por un momento delante del espejo, detallando cada parte de su rostro. Sus mejillas tenían pequeñas pecas y se encontraban levemente sonrojada. ¿Una persona podía hacer todo eso?, ¿podía causar más? La curiosidad le estaba consumiendo, quería volver a probar sus labios, tomar su mano, tocar su pecho y observar sus hermosos ojos. Eso era todo lo que ella deseaba.
De pronto, un sonido le llamó la atención, provenía de la puerta principal.
-¡Oh, está aquí! -Gritó mientras salia corriendo directo a la misma.
-¡¿Quién?! -Gritó su abuela desde algún lugar de la casa.
Camila acomodó su vestido antes de abrir la puerta, sentía que su corazón saldría de su pecho en cualquier momento.
Tomó la perilla y respiro profundamente, deseando con todas sus fuerzas no desmayarse.
-Hola. -La voz de su amado llegó a sus oídos. Era melodía pura, hacia que su cuerpo temblara con solo oírla.
-Ey. -Suspiró.
Ambos se observaron con atención.
Él llevaba las mismas prendas de la noche anterior, sin duda él era diferente. Sus ojos eran más brillantes de día, su oscuro cabello le recordaba a la noche y su sonrisa, su hermosa sonrisa le quitaba el aliento. ¿De dónde había provenido joven tan hermoso, tan diferente a los demás, tan perfecto?
-¿Puedo pasar? -Preguntó mientras inclinaba un poco la cabeza. Camila asintió, dándole espacio para que él entrara.
Lo que ella no sabía es que él se encontraba totalmente nervioso, era la primera vez que trataría con humanos.-Camila, podrías ve... -Su abuela calló al momento de ver a aquel apuesto joven.
-Abuela, él es...
-Dante. -Interrumpió él, recordó que no le había dado su nombre a su amada, que gran error.
-Si, Dante. -Asintió rapidamente.
-Así que, -Su abuela se acerco más hasta el joven. -¿tú eres por quién mi nieta sale todas las noches? -Preguntó con seriedad.
-Si.
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Luz de luna ©
FantasiAunque Dios hubiese creado el mundo en 7 días y hubiese otorgado el poder de profetizar, de poder hablar sobre lo que sucedió y posiblemente sucederá, no había sido lo suficiente... Había un pasaje que hacia falta, algo que se perdió en el tiempo, ¿...