Capítulo 42

2.8K 79 1
                                    

Salté a la espalda de Marc sin parar de reír

Yo: Te dije que te ganaría cariño. Te avisé

Marc: Quiero la revancha, te la guardo

Yo: No podrás con nosotros, lo siento

Álex llegó a nuestro lado

Álex: Mira que al final pudo venir Ed para estar en tu equipo porque llegas a estar solo y no te podrías ni mover

Marc: Que graciositos los dos hoy oye

Yo: Poobre- me puse a su lado y le cogí la mano. Él me miró y pude ver su maravillosa sonrisa, aunque le notaba que estaba picado, pero me gustaba jaja

Álex: Os invito a cenar, ¿os parece?

Marc: ¿Cómo premio de consolación?

Álex: Más o menos

Entramos en un restaurante en el que, por lo visto, los conocían muy bien a los dos. El camarero que nos atendió se llama Dani

Dani: Hola chicos! Y señorita- dijo mirandome mientras sonreía

Hola!- respondimos los tres

Pedimos lo que queríamos para cenar, aunque era muy distinto para los tres. Ellos engullían, no había visto a dos personas con tanta hambre por la noche en mi vida. Y a mí no me apetecía demasiado cenar pero lo hice, mientras miraba asombrada sus ansias.

Yo: Esta noche explotais, que lo sepais

Marc: Que va, de momento no estoy lleno ni nada

Yo: Aun no? Que estómago tienes cielo jaja

Álex: Yo no comería mucho más tampoco

Yo: Madre mía, que ganas jaja

Y seguimos comiendo. Todo iba genial, demasiado bonito parecía. Claro, algo tuvo que llegar para estropearlo. Ví como Álex se ponía blanco de repente, siguiendo con la mirada a alguien que estaba pasando por detrás mía. Soltó el tenedor que tenía en la mano y se dispuso a levantarse. En ese momento miré  hacia donde él lo había hecho y la vi. ¿Esa chica no desaparecerá nunca? Creo que sabéis quien es, Ana. Pero no iba sola, iba con un chico. Ella era alta, rubia, de ojos verdes y piel blanquita y él era todo lo contrario: pelo negro, moreno, fuerte, ojos negros. Solo me dio tiempo a coger el brazo de Álex e intentar tirar de él hacia mí para controlar sus instintos.

Yo: Álex no lo hagas. Piensalo

Álex: Mira que había restaurantes, pues nada. Aquí tenía que venir ella, y encima con ese tío. Voy a decirle unas cosas

Marc: Va tio relajate, que estás demasiado alterado

Pero nada de lo que le dijimos sirvió. Él se levantó y fue a la mesa donde se habían sentado ellos. Marc y yo nos levantamos instintivamente tras él, pareciendo sus guardaespaldas.

Álex: ¿Cómo tienes la cara dura de ir diciendo que el niño es mío?- bueno, podría haber sido más brusco

Ana: Que dices chaval, no inventes

Álex: Que qué? Mira que me da igual que te tires a quien sea pero que ya a mí no me metas para nada en todo ese asunto

X: Oye tú, ya va siendo hora de que nos dejes en paz, no?

Álex: Ahora a ver si vas a ser tú el que me diga lo que tengo que hacer- en ese momento me tensé y Marc, que me estaba rodeando con el brazo, lo notó.

Marc: Va Álex, vamonos mejor

Menos mal que Álex es impulsivo pero no demasiado cabezota. Sabía que de ahí no podía salir nada bueno así que nos fuimos

Una vez en su casa, nos fuimos cada uno a nuestra habitación. Bueno, Álex a la suya y yo con Marc. Ellos mañana comenzaban los entrenamientos y demás, y yo me quedaría con Roser. Este fin de semana iría a verlos y el lunes volveré a Sevilla.

Me duché y me puse el pijama. Me iba a acostar con el pelo mojado porque no tenía ganas de secarmelo, porque tardo bastante. Me tumbé en la cama y Marc se fue a la ducha.

Cuando salió se puso un pantalón de pijama, sí sin camiseta, y se tumbó en la cama a mi lado. No decíamos nada, simplemente nos mirábamos, y con eso lo decíamos todo

Marc: Eres preciosa, lo sabes?

Yo: No, pero si tú lo dices jaja. Te quiero

Marc: Y yo a ti- y me agarró de la cintura acercandome más a él. Sus labios eran suaves pero seguros, él sabe que me encanta como besa. Su lengua comenzó a abrirse paso haciendo así el beso más apasionado aun.

Metió mi mano por debajo de mi camiseta y comenzó a acariciarme, mientras yo pasaba mis manos por su pecho y abdomen, aun estaba húmedo por la ducha. Seguíamos besandonos, cada vez más encendidos, él pasaba a mi cuello y yo al suyo. Ya había encontrado su punto débil, y eso me gustaba.

Me quito la camiseta, dejandome solo con el sujetador, ya estabamos más igualados. Se tumbó en la cama y me dejó a mí encima suya notando su excitación. Él pasaba sus manos desde mi cintura hasta mis piernas, tocando todo lo que encontraba a su paso.

Me desabrochó el sujetador y lo tiró hacia algún lugar de la habitación, comenzando a besar, toquetear y mordisquear mis pechos. Los dos estábamos cada vez más excitados. Marc me quitó el pantalón y yo le quité el suyo, y en no más de dos minutos ya estábamos completamente desnudos.

Se levantó, dejandome en la cama, para coger un condón. No queríamos más sustos por el calentón. Se lo puso y comenzó a entrar y salir dentro de mí. Nuestros movimientos estaban coordinados, mis caderas se movían a su ritmo, pegandome más a él, mientras él las agarraba para acercarse más.

Estábamos ya llegando, yo ya no podía aguantar más, agarraba su pelo y él sin parar me miró a los ojos y dijo

Marc: Mírame amor

Caímos los dos en la cama con la respiración alterada, como era normal. Él me abrazó y mientras toqueteaba mi pelo

Narra Marc

Esta chica me vuelve loco. Aun tiene el pelo húmedo y,aunque ella diga que no, así está preciosa también. Tiene el pelo largo, le puede llegar por la cintura más o menos, castaño y un poco ondulado pero tirando a liso. Me hacía sentir bien poder jugar con su pelo, sentirla cerca y sentirla protegida por mí. Yo la tenía abrazada y la acariciaba mientras ella se estaba quedando dormida. No hablábamos,a ella se le cerraban los ojos, esos ojos marrones que podría estar mirando todo el día, al igual que sus labios. Son tan dulces y delicados. Ella en conjunto es la perfección, y yo estaba enamorado hasta las trancas, tenía claro que no habría nada ni nadie que nos separara.

Me desperté a la mañana siguiente, cuando sonó el despertador. Eran las 6 y media, y yo me tenía que ir ya. Miré a María y estaba acurrucada en un lado con solo la camiseta puesta. No quería despertarla, prefiero que duerma cuanto ella quiera. Le dejaré una nota.

Narra María

Me acabo de despertar. Sin abrir los ojos pasé mi mano por el lado izquierdo de la cama y no encontré nada. Marc se había ido. Miré su lado de la cama y ví una nota

Cariño ya son las 7 y me tengo que ir. A las 9 y media nos vamos pero tenemos que estar antes, ya sabes. No quería despertarte porque dormías tan profundamente.. Te veré el sábado amor, ya queda poco para volver a vernos. No ha pasado ni una hora y ya te echo de menos, eso solo lo consigues tú, que lo sepas. En cuanto llegue te llamo pequeña. Te amo! Marc

Cómo puede alguien enamorarme cada día más y más y más. ¿Qué hora es? Las 8 y 10.¿Me dará tiempo a ir a verlo antes de que se vaya? Si no lo intento no lo podré saber.

Algo más que una fanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora