capítulo VI

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La rubia despertó algo desorientada, pero al notar el rostro de su amiga Alexandra, lleno de temor y con lágrimas en los ojos, no pudo evitar sentirse mal por el hecho de haberla preocupado, pues ella sabía muy bien lo que había ocurrido, la hija de atenea recordaba muy bien a verse acercado al barquero, y escuchara aquello gritos desesperado por parte de su amiga, los cuales impidieron que se alejara de su cuerpo, ya que lo último que deseaba era dejarla sola, y más aún después de escuchar sus ruegos, ella no abandonaría a su amiga, no lo haría ni ahora ni nunca, ya que está más que una amiga era su hermana, pero ella pudo percibir una presencia cerca, un imponente y llena de mucha energía, tanta como la de un dios fuerte y colérico

--¿por qué posees mi sangre? ¿y quién eres? – las chicas dieron un respingo al escuchar aquellas voz gruesa e imponente, que se posaba frente a ellas, a lo que levantaron sus cabezas, y allí pudieron observar al hombre rubio de cabellos ondulados, de tez blanca, y un cuerpo enorme que imponía fuerza y miedo, aún más que el mismo dios del miedo, en definitiva, ese era uno dios poderoso, y al parecer era el mismo dios de la guerra que se posaba frente a ellas, observándolas con una mirada acosadora, y llena de furia

--no es momento de preguntas ares, tus hijos están en espera del barquero, este se encuentra en camino. haz algo no los dejes partir, los estoy reteniendo, pero no sé con quién hicieron la promesa, como para que el rió estigia se los quiera llevar... que esperas hermano...-- al escuchar la voz de su hermana, logro tensarse, mientras las chicas lo observan sin saber muy bien que hacer, ya que ni siquiera podían moverse por la imponente fuerza que este emanaba

-tienes razón enio... tu musa... y dios menor, con quien hicieron la promesa mis hijos llámalos... ¡ahora...! -Alexandra no lograba reaccionar, y es que además de sentirse culpable por la situación, no podía salir de aquella presencia que imponía el dios, pues esta al no ser bendecida por la fuente, era muy normal que los dioses mayores lograran desubicarla, pero entonces Vanessa logro escuchar sus pensamientos, y decidió interferir, para no dejar que ira del dios de la guerra las alcanzara

--creo que lo hizo con eros y psique, ellos son los únicos que harían hacer un juramento de esa magnitud—aquello logro enojar y tensar aún más al dios de la guerra, pues no podía creer el descaro de su hijo mayor, al atreverse a tanto, por una simple diosa menor, y una musa, aquello lo iban a pagar caro, pues sus soles, no podían sufrir, la ida al tártaro, y aunque estos fuesen bien recibidos por hades, el necesitaba a sus hijos a su lado, necesitaba a sus soles, y no los dejaría en el tártaro por unos siglos, aquello no lo permitiría

--eros, psique venid ante tu padre ¡ahora mismo! ¡te libero de Zeus! ahora te necesito... de inmediato... que esperas...-- en ese instante aparecieron los dioses, acompañados de una cara de preocupación, y terror, pues no era muy normal ser llamados por el dios de la guerra, y más con tanta severidad de su parte, y al notar el cuerpo de los soles de ares, estos comprendieron a la perfección el por qué había sido llamados ante su presencia, a lo que no entendían las más chicas era como este podía emitir tanto miedo y dolor a la vez, cuando él no era el mismísimo dios de aquello sentimientos, pero no había duda de que aquel hombre rubio, y de ojos azules, era un ser poderoso y temible

--padre, te pido perdón, no imagine que ellos romperían su promesa...--en ese momento eros no mentiría si dijese que sentía un gran temor a su padre, pues este nunca lo había visto con buenos ojos, siempre lo veía como aquel que había robado algo importante, como la mascota de afrodita, algo que no merecía su atención, muy diferente a los soles, pues estos eran la gran adoración del dios de la guerra, y el hecho de que estuvieran allí, por su culpa, atemorizaba al dios, además de que temía por su vida, este se arrodillo frente a su padre esperando su castigo, algo que llego de inmediato, la sentir un dolor en su pecho, mientras era lanzado a un costado con una gran energía, mientras psique, se colocó frente a las más chicas ya que no deseaba que la ira del dios llegase hasta ellas, era lo último que deseaba, y las protegerías con su vida

Dioses En Busca De Amor -Saga Paranormal (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora